Aplastante rechazo del Parlamento abre camino a un brexit sin acuerdo

El acuerdo de brexit fue estrepitosamente rechazado por el Parlamento británico, sembrando más incertidumbre sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Se plantean distintos escenarios: el más inmediato es un plan B que debe presentar el lunes la primera ministra, Theresa May.

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LONDRES (AFP, EFE). En junio de 2016, en un referendo que se saldó con 52% de votos a favor y 48% en contra, los británicos decidieron poner fin a 45 años de integración en la Unión Europea. 

El acuerdo rechazado ayer por el Parlamento tenía por objetivo garantizar que Reino Unido (RU) dejaba la UE de forma ordenada el 29 de marzo.

Sus disposiciones claves buscaban evitar una frontera dura entre la República de Irlanda (es miembro de la UE) y la provincia británica de Irlanda del Norte, proteger los derechos de los ciudadanos europeos y británicos y fijar la última contribución financiera que Reino Unido debe hacer al presupuesto europeo.

Para los euroescépticos el acuerdo hace concesiones inaceptables a la UE. Para los proeuropeos las condiciones son peores a las que tiene el país actualmente como miembro del bloque.

La primera ministra advirtió que tumbar el pacto acercará a los británicos a una caótica ruptura no negociada o bien impedir que el brexit se materialice. 

Estos son algunos de los escenarios tras el rechazo: 

PLAN B. Ahora, la primera ministra está obligada a regresar a la Cámara de los Comunes (Diputados) el próximo lunes para exponer un Plan B. Los diputados podrán debatir y enmendar esa propuesta, lo que les otorgaría cierto control sobre los siguientes pasos.

El Gobierno puede decidir someter a votación por segunda vez el acuerdo, confiando en que la presión por la falta de tiempo y de alternativas viables haga cambiar de opinión a los diputados. Si convoca otra votación, puede intentar reforzar el pacto con nuevas clarificaciones por parte de la UE sobre el mecanismo de salvaguarda para Irlanda del Norte.

ELECCIONES GENERALES ANTICIPADAS. May insiste en que no planea dimitir ni convocar unos comicios adelantados. En diciembre ganó por 200 votos frente a 117 una moción de confianza interna como líder del Partido Conservador, y no puede ser sometida otra vez a ese proceso en los próximos 11 meses.

SEGUNDO REFERENDO. Unas 700.000 personas se manifestaron en Londres en octubre en favor de un segundo referendo. En el primero, celebrado en 2016, el 51,9% de los votantes optó por la salida de la UE.

Ni el Partido Conservador ni el Partido Laborista respaldan por ahora otro plebiscito. Organizar otra consulta popular requiere aprobar una ley específica y dar tiempo a una campaña de unas diez semanas. Sería necesario asimismo determinar la pregunta que se trasladaría a los ciudadanos, que podría referirse únicamente a los términos del acuerdo del Gobierno o incluir la opción de permanecer en la UE.

POSPONER EL BREXIT. Tanto unas elecciones como un referéndum requerirían previsiblemente posponer la fecha de salida de la UE. Londres puede pedir una extensión del periodo de negociaciones bajo el amparo del artículo 50 del Tratado de Lisboa, para lo cual necesita el visto bueno de los 27 socios comunitarios restantes.

Una de las dificultades de ese escenario son los comicios europeos previstos para mayo. Bruselas prevé que el Reino Unido estará para entonces fuera del bloque, por lo que el Parlamento Europeo reducirá su número de escaños y distribuirá algunos de los que dejarán vacantes los británicos entre otros países.

Un retraso de unos tres meses permitiría que el brexit se ejecutara antes de la primera sesión del Parlamento Europeo tras los comicios (julio), mientras que una extensión más larga complicaría el encaje legal del RU en el bloque.

SEGUIR EN LA UE. Una sentencia del Tribunal de Justicia europeo permite a Londres revocar de forma unilateral la notificación con la que inició el proceso de salida de la UE, en marzo de 2017.

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