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ANKARA (Reuters, AFP, EFE). El asesino del embajador ruso en Turquía es un policía, miembro de las fuerzas antidisturbios.
Según los testigos, luego de disparar contra el diplomático, gritó: “¡No olviden Alepo!”. Fue abatido después por agentes turcos.
De Alepo, la otrora floreciente ciudad económica, destrozada durante los bombardeos en la guerra civil siria, con apoyo ruso, solo queda una tierra devastada.
El fallecimiento del diplomático Andréi Karlov es una de las repercusiones más graves del conflicto sirio en Turquía; y se produjo en la víspera del encuentro sin precedentes de los ministros de RR.EE. turco, ruso e iraní, para tratar la guerra siria.
Las relaciones entre Moscú y Ankara estuvieron largo tiempo congeladas por el conflicto sirio, en el que cada uno apoya a una facción opuesta.
Rusia es un aliado cercano del presidente sirio Bachar al Asad, y sus ataques aéreos fueron fundamentales para que las fuerzas pro Asad acabaran la semana pasada con la resistencia rebelde en Alepo.
Mientras, Ankara es un opositor al régimen.
El Presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, aseguró que el atentado es una “provocación que tiene como objetivo destruir la normalización” entre ambos países.
Malas relaciones
El presidente ruso, Vladimir Putin, y Erdogan sellaron el agosto pasado las paces tras más de medio año de estancamiento de sus relaciones por el derribo de un avión de guerra ruso por parte de un caza turco en la frontera con Siria.
Por esto, Rusia impuso sanciones económicas a Turquía, pero las disculpas de Erdogan por el derribo y la solidaridad mostrada por Rusia con el Gobierno turco por la intentona golpista del pasado julio abrieron las puertas al “deshielo”.
El Departamento de Estado de Estados Unidos, que participa en contactos diplomáticos con Rusia en un intento por resolver la crisis de refugiados en Alepo, condenó el ataque.
Asimismo, el Gobierno paraguayo, a través de la cancillería, expresó su más enérgica condena al acto y ratificó su compromiso con las acciones emprendidas por la comunidad internacional para erradicar toda forma de violencia e intolerancia”.
Conflicto sirio
La rebelión desencadenada por la represión de las manifestaciones pro democracia en el país y contra el régimen de Bachar al Asad se transformó en un complejo conflicto que involucra a numerosos actores sirios y extranjeros. Se inició en marzo de 2011, y siguieron revueltas en países árabes (Primavera Árabe).
La familia Asad lleva 40 años gobernando Siria con mano de hierro. Bachar, el hijo, sucedió a su padre, Hafez, en el año 2000.
La intensidad de los combates ha acelerado el éxodo de la población, que ha huido hacia otros países o a zonas rurales de Siria, causándose así la peor crisis mundial de refugiados y más de 300.000 muertes.