Su alerta debe tomarse en serio, más aún si se considera que las autoridades investigan al menos cuatro planes de ataque “en curso”, es decir que en caso de no ser desarticulados podrían convertirse en una dramática realidad.
El nivel de alerta sigue siendo siempre el segundo más elevado, “grave”, con señal de un atentado “altamente probable”.
Para Hogan-Howe, por lo tanto, el problema no es “si habrá un ataque”, sino “cuándo”.
“Con cada nueva violencia, en particular las perpetradas en Europa, crece el sentimiento de miedo por el hecho de que Gran Bretaña pueda ser la próxima víctima en esta ola de masacres crueles y sin sentido”, afirmó el comandante de la Met Police.
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Buscó sin embargo tranquilizar a los ciudadanos, afirmando que todas las medidas necesarias fueron tomadas para contrarrestar la actividad terrorista, aunque admitió que tarde o temprano alguien conseguirá atacar.
Scotland Yard no se queda mirando: el número de agentes armados de la fuerza de policía prácticamente se quintuplicó, pasando de 600 a 2.800.
Las patrullas con fusiles automáticos desplegados son visibles dando vueltas por el centro de Londres y en los aeropuertos, en tanto aumentó la seguridad también en los centros comerciales.