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El mandatario electo es católico, pero en los últimos años ha estrechado sus vínculos con las influyentes iglesias evangélicas y hace dos años viajó a Israel para ser bautizado en el río Jordán, de gran simbolismo para los seguidores de esta corriente cristiana.
Ante unos 4.000 fieles, Bolsonaro dijo que su objetivo es seguir los pasos de Luis Alves de Lima e Silva, duque de Caxias, que lideró las fuerzas brasileñas en la Guerra de la Triple Alianza (Argentina, Brasil y Uruguay contra el Paraguay) y es patrón del Ejército brasileño.
“A partir del año que viene seré el presidente de todos. Queremos sí seguir los pasos de Caxias, el pacificador. Con alma libre, teniendo a Dios encima de todos y atender a todos los que lo necesitan”, afirmó.
Subrayó que su victoria en las urnas, el pasado domingo 28, fue “decidida por Dios”.
Bolsonaro participó en el culto de la Iglesia Batista Atitude, en Río de Janeiro, que frecuenta su mujer y futura primera dama, Michelle Bolsonaro, quien profesa la religión evangélica.
El excapitán del ejército cerró su primera semana como presidente electo de Brasil, tras vencer con un 55 % de los votos al socialista Fernando Haddad, quien obtuvo el 44% de los sufragios.