Como ya ocurrió en Espíritu Santo, decenas de familiares de los policías militares se manifestaron frente a las puertas de varios cuarteles de Río de Janeiro y Belem, la capital de Pará (norte), en demanda de mejoras salariales y de una revisión de sus condiciones de trabajo.
Las protestas reflejan la gravedad de la crisis económica que sufre el gigante sudamericano y los problemas financieros que ahogan a la mayoría de los estados del país, que han retrasado el pago de los salarios de los funcionarios públicos y han congelado sus percepciones laborales.
La protesta es encabezada por esposas de agentes, quienes por su estatus militar no pueden participar en huelgas.
En medio de la crisis, tras el fracaso de una reunión con familiares de los agentes, el gobierno de Estado endureció su postura y presentó cargos contra unos 700 policías por delito de “revuelta” , cuya pena puede llegar a los veinte años de prisión.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy