/arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/4QZANWCOOVDNHAXHPF3677PQJU.jpg)
Cargando...
BUENOS AIRES. Argentina pasa por una dura crisis económica. Al igual que en otros países de la región, vivió la bonanza de la primera década del 2000 con gobiernos populistas, que dilapidaron la riqueza acumulada en esos años, por el clientelismo político o el robo directo del dinero estatal.
El compromiso con el FMI es lograr un déficit fiscal cero, a cambio de un salvavidas crediticio de 57.100 millones de dólares hasta el primer trimestre de 2020.
Mientras se producían fuertes enfrentamientos verbales entre diputados oficialistas y opositores, que por poco llegan a las agresiones físicas dentro del recinto parlamentario, afuera organizaciones sociales y sindicatos en protesta contra el plan de recortes del gobierno macrista protagonizaron fuertes disturbios.
La Policía detuvo a 26 manifestantes en las puertas del Congreso.
Si bien los incidentes se iniciaron en la plaza donde se ubica el Parlamento, cerca del vallado de seguridad que se estableció alrededor del edificio, no tardaron en expandirse a calles aledañas.
La coalición gobernante Cambiemos (centro-derecha) carece de mayoría propia en el Parlamento. Para aprobar el presupuesto y girarlo al Senado cuenta con el respaldo de la tercera fuerza en Diputados, el Peronismo Federal (centro-derecha), que gobierna la mayoría de las 23 provincias.
“Es importante aprobarla (la ley) para salir de esta situación de emergencia”, dijo Luciano Laspina, de la bancada Cambiemos.
Si la Cámara de Diputados aprueba el plan de Macri, el texto deberá pasar al Senado para su correspondiente debate y su eventual sanción definitiva.
La Cámara Alta está dominada por el Peronismo Federal, y el gobierno se aseguraría la aprobación final.
El objetivo del “plan Macri” es ambicioso porque intenta remontar un rojo presupuestario que fue de 3,9% del producto interno bruto (PIB) en 2017. La meta para 2018 es de 2,7% y de 0 en 2019.
El directorio del FMI sigue con lupa el proceso antes de dar luz verde mañana al segundo acuerdo stand by.
El anterior, firmado en junio, se cayó por incumplimiento de metas monetarias, en un año en que la economía entró en jaque por una crisis de confianza que derivó en una devaluación de 50%.
El Banco Central frenó el derrumbe del peso con una tasa de interés de 72%, la mayor del mundo, para la renovación de bonos cada siete días.
Pero la peor “tormenta” aún no pasó. Argentina caerá este año 2,6% con una inflación de 40,5%, según FMI.