Las autoridades vaticanas, “de común acuerdo” con el papa Francisco, decidieron que a Figari, quien está de retiro en Roma, se le brinde una residencia donde no tenga contacto con miembros de la sociedad apostólica que creó y no haga declaraciones a medios de comunicación.
El Vaticano transmitió sus indicaciones en una carta la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica detallando las causas.
En su investigación, la Santa Sede acreditó más abusos de Figari a miembros del Sodalicio mayores de 16 años, perpetrados bajo coacciones, “estrategias y métodos de persuasión impropios, arrogantes y violentos para lograr la obediencia” de las víctimas.