El genetista chino He Jiankui provocó polémica en noviembre de 2018 al anunciar que logró alterar el ADN de dos recién nacidas para hacerlas resistentes al virus del sida.
Las modificaciones en embriones con fines de reproducción son ilegales en muchos países. China no cuenta con una ley en este campo. Una breve reglamentación de 2003 prohíbe la manipulación genética de embriones pero no prevé ninguna pena para los infractores.