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BUENOS AIRES (EFE). La senadora acude hoy a los tribunales de Comodoro Py, en Buenos Aires, para escuchar la acusación de un caso en el que también se juzgará al empresario Lázaro Báez, el principal testaferro de los Kirchner en la concesión de obra pública durante el kirchnerismo, y que permanece en prisión preventiva desde 2016 acusado de lavado de dinero.
El caso afecta también a, entre otros, el exministro de Planificación Federal Julio De Vido y el exsecretario de Obras Públicas José López, ambos ya en prisión por otras investigaciones.
Al frente del juicio estarán los magistrados Rodrigo Giménez Uriburu, Jorge Luciano Gorini y Andrés Fabián Basso.
Esta será la primera causa por la que deberá responder como acusada la expresidenta y actual senadora, quien está involucrada en una decena de procesos que derivaron en cinco órdenes de detención que no llegaron a hacerse efectivas porque sus aliados políticos la cubrieron, bloqueando el levantamiento de sus fueros.
Su excontable Víctor Manzanares, acusado también, ha confesado diversos actos de corrupción que envuelven a la exmandataria.
“Entiendo que es un momento necesario para la República. Ojalá se haga justicia, ojalá demos señales para nuestra futura generación”, declaró ante la prensa el tesorero arrepentido, quien recalcó que la forma de justicia que desea es que se apliquen “las condenas, no hay otra”.
Manzanares estuvo en prisión hasta el pasado viernes debido a una causa en la que se investiga la conformación de una asociación ilícita para lavar dinero a través de una empresa de Kirchner y sus hijos.
La viuda de Néstor Kirchner iniciará el proceso oral tres días después de que anunciara su candidatura a vicepresidenta para las elecciones presidenciales de este año, a las que acudirá como número dos en la formula que encabeza el exjefe de gabinetes kircheristas Alberto Fernández, quien estará también presente en el juicio como testigo.
Esta vista arrancará tras una semana cargada de polémica después de que la Corte Suprema de Justicia solicitara revisar la documentación del caso debido a los recursos presentados por los acusados, una medida que puso en duda que se mantuviera la fecha prevista para el inicio.
Finalmente el Supremo se pronunció el pasado jueves mediante un comunicado que afirmaba que “el pedido de autos solicitados por esta Corte no suspende el juicio oral en trámite” previsto para hoy.
“La medida es al sólo efecto de examinar la causa que, una vez extraídas y certificadas las copias pertinentes, será devuelta a dicho tribunal, en tiempo oportuno”, agregó el escrito.
Por su parte Báez y otros de los acusados interpusieron recursos para retrasar el juicio aunque el Tribunal Oral Federal 2, encargado de la causa, las desestimó ayer y ratificó la fecha ya estipulada.
El juicio tenía que haber empezado el 26 de febrero, aunque se postergó al 21 de mayo por problemas de salud de uno de los jueces que integraban el tribunal, que finalmente falleció en marzo.
La causa guarda semejanzas con otras que afectan también a Kirchner y Báez, y en las que se investiga otros diversos casos de corrupción con dinero público.
Una fortuna desde la función pública
Cristina Fernández de Kirchner es hija de una empleada estatal y un conductor de autobuses.
Estudió Derecho en La Plata, su ciudad natal, donde en 1974 conoció a Néstor Kirchner.
Se casaron y se mudaron a Río Gallegos –donde él nació en 1950–, trabajando como abogados.
En 1987, Néstor fue elegido alcalde de esa ciudad, y en 1991, gobernador de Santa Cruz.
Al mismo tiempo, ella se alzó como diputada provincial, y luego, nacional.
En poco tiempo, y mientras la pareja ejercía cargos públicos, amasó una enorme fortuna, lo que motivó las investigaciones judiciales sobre el origen del llamado “dinero K”.