HANÓI, Vietnam (EFE). El domingo pasado el presidente estadounidense volvió a elogiar al norcoreano Kim –con quien hasta hace menos de dos años intercambiaba insultos y amenazas– y aseguró que si se deshace de sus armas nucleares puede convertir a su nación “en una de las grandes potencias económicas del mundo”.
“Ambos esperamos una continuación del progreso hecho en la primera reunión de Singapur. ¿Desnuclearización?”, agregó el mandatario en su cuenta de Twitter.
La firma de un tratado de paz, que alejaría para Pyongyang la posibilidad de un ataque o una invasión estadounidense, es junto con la rebaja de sanciones la principal demanda norcoreana de cara a implementar un desmantelamiento de sus instalaciones nucleares.
Se espera que este segundo encuentro impulse el diálogo iniciado en su primera cumbre de Singapur del pasado junio, en la que ambos países acordaron “trabajar para la desnuclearización de la península coreana”, al tiempo que Washington se comprometía a ofrecer “garantías de seguridad” para la supervivencia del régimen.
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La falta de una hoja de ruta ha impedido hasta ahora avances consistentes y por ello la Casa Blanca ha insistido en los últimos días en que durante la cita se intentará acordar una “definición compartida” con Kim sobre lo que implica el término “desnuclearización”.
A su vez, hoy aumentó el runrún con respecto a la posibilidad de que ambos países logren en la cumbre algún tipo de acuerdo político para poner fin formalmente a la Guerra de Corea (1950-1953), después de que el Gobierno surcoreano sugiriera desde Seúl dicha posibilidad.
“Creo que EE.UU. y Corea del Norte podrían alcanzar un acuerdo para declarar el final de la guerra en alguna medida” explicó, el portavoz de la oficina presidencial surcoreana, Kim Eui-kyeom.
No obstante, añadió que reemplazar el alto el fuego que detuvo la Guerra de Corea por un acuerdo de paz podría “llevar tiempo” y recordó que un pacto de ese tipo debería ser una iniciativa multilateral que incluya también a Seúl y a China.
El armisticio con el que terminó el conflicto fue rubricado por Pionyang, Washington (en representación del Comando de Naciones Unidas que lideró durante la contienda) y el llamado Ejército Popular de Voluntarios chino.
La “ciudad de la paz”, blindada
Hanoi, la “ciudad de la paz” , se ha blindado con fuertes medidas de seguridad y ha organizado variopintas celebraciones ante la llegada de Kim Jong-un y Donald Trump para una cumbre de líderes que convertirá a la capital vietnamita en el centro de la atención mundial.
Los controles de seguridad se notan desde hace días, con militares y policías patrullando de forma constante y con un contingente de miles de agentes esperando a ser desplegado durante la cumbre.
“La seguridad estará al máximo nivel”, afirmó el viceministro de Asuntos Exteriores vietnamita, Le Hoai Trung. (AFP)
