MÚNICH (AFP). En un comunicado, las fuerzas de seguridad explicaron que el joven se dirigió a la policía el mismo viernes, poco después del tiroteo, y se le tomó declaración por su relación con el autor de los disparos, un estudiante germano-iraní de 18 años.
Pero en las investigaciones realizadas a lo largo del día de ayer se constataron contradicciones en su declaración.
Según la policía, existe la sospecha de que el joven pudo tener conocimiento de los planes de su amigo por lo que un comando de las fuerzas especiales, por orden de la fiscalía, se dirigió a su casa en el barrio muniqués de Laim y lo detuvo.
Está acusado de no haber denunciado la planificación de un delito, en aplicación del Código Penal.
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Se está investigando también si el joven afgano está relacionado con un mensaje colgado en Facebook en el que se invitaba a participar en un encuentro este fin de semana en un complejo de cines cerca de la estación central de Múnich, que levantó las sospechas de la policía.
Según apuntó el diario “Süddeutsche Zeitung”, vigilaron el lugar sin encontrar a ningún sospechoso.
En su comunicado, la policía advierte a las personas a las que se les ocurra imitar el proceder del tirador del viernes de que actuará contra ellos con todos los medios a su alcance, en referencia al perfil falso de Facebook que creó el autor de la masacre del centro comercial para citar a posibles víctimas en una hamburguesería.
“Se pone en peligro a otras personas y se fuerzan medidas policiales que serán facturadas en su totalidad a quienes las provoquen”, avisó la policía.
Al centro comercial donde ocurrió la tragedia peregrinaron cientos de personas a depositar velas y flores para recordar a las víctimas. Muchas personas acudieron a la manifestación en familia y entre los asistentes muchos lloraban por la emoción.
Simultáneamente, el presidente de la Conferencia Episcopal alemana, el cardenal Reinhard Marx celebró una misa en la catedral de Nuestra Señora de Múnich. “El golpe es muy profundo”, declaró durante la ceremonia religiosa en homenaje a las víctimas.
El viernes, un joven de 18 años, quien sufría desequilibrios psicológicos y estaba fascinado por las matanzas en masa, mató a nueve personas e hirió a 35 en un ataque. El joven comenzó a planificar el ataque hace un año tras visitar la ciudad germana de Winnenden, donde otro adolescente mató a 15 personas en 2009, dijeron el domingo funcionarios del estado de Baviera.
