BRASILIA (EFE). Rousseff permaneció ayer en el Palacio de Alvorada, su residencia oficial, y allí se reunió con líderes parlamentarios de los partidos que están divididos o indecisos ante la decisiva votación de hoy.
La Mandataria también hizo un llamado público a esos diputados, a través de un artículo en el diario Folha de São Paulo, en el que aseguró que la historia “honrará la biografía” de los que voten en contra de su destitución.
“Quien defiende la democracia nunca se arrepiente. La democracia es siempre el lado correcto de la historia”, manifestó la Presidenta en su artículo.
El objetivo del oficialismo es evitar que la oposición sume 342 votos favorables a la destitución, cifra que supone dos tercios de la Cámara y que, en el caso de alcanzarse, enviaría el proceso al Senado.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Para concentrarse en la caza de votos, Rousseff canceló su participación en un acto convocado para ayer por los movimientos que la apoyan y que están acampados en Brasilia.
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva sí participó en ese acto, pero después de un breve discurso también se marchó para hablar en privado con tres gobernadores, con el objetivo de recabar apoyos entre los legisladores de sus respectivos partidos.
En su discurso, el padrino político de Rousseff aseguró que la Mandataria resistirá en el cargo.
En el acto político participaron dirigentes de grupos afines al oficialismo, y se insistió en que el proceso contra Rousseff se trata de un “golpe de Estado”, el lema repetido por el Gobierno.
A pesar de los esfuerzos de Rousseff, en la noche del viernes continuó el constante goteo de pérdidas de apoyos, con la renuncia del ministro de las Ciudades, Gilberto Kassab.
Kassab es miembro del Partido Social Democrático (PSD), una fuerza con 37 de los 513 diputados y que mayoritariamente se ha posicionado a favor de la destitución de Rousseff, aunque alberga algunos disidentes.
En un mensaje difundido a través de las redes sociales, Rousseff insistió en llamar a los impulsores del proceso de destitución como “golpistas” y “traidores de la democracia”.
Si la oposición en la Cámara de Diputados suma hoy el apoyo de dos tercios de sus miembros, el proceso pasará al Senado, donde con una mayoría simple se podrá abrir formalmente el juicio político que podría durar semanas y hasta meses.
