BRASILIA (AFP). El Sí al impeachment recogió 367 votos (se necesitaban como mínimo 342, dos tercios del total) para aprobar la moción de elevar la acusación al Senado para el juicio de destitución de la mandataria, mientras que el No obtuvo 137 votos. Hubo 7 abstenciones y 2 ausencias.
Decenas de miles de opositores de Rousseff que seguían la sesión por pantallas gigantes en las principales ciudades del país estallaron de júbilo cuando el diputado Bruno Araújo anunció por micrófono el voto número 342, que selló el resultado final.
“Qué honor que el destino me ha reservado, de que de mi voz saliera el grito de esperanza de millones de brasileños”, dijo el legislador del PSDB (principal de la oposición), antes de dar su “Sí, por el futuro”.
La apertura de un juicio político a la mandataria (del Partido de los Trabajadores, PT) debe ser ratificada aún por el Senado.
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Aunque la presidenta es formalmente enjuiciada por la manipulación de cuentas fiscales para disimular la mala situación financiera que pasaba el país, los megacasos de corrupción ocurridos bajo su gobierno, y el de su antecesor y padrino político, Lula da Silva, fueron un factor decisivo para precipitar las cosas.
El líder del PT en la Cámara, José Guimaraes, ya había reconocido poco antes de llegarse al voto afirmativo de los dos tercios, que la derrota del Gobierno era irreversible.
“Los golpistas vencieron aquí en la Cámara”, pero “esta derrota provisoria no significa que terminó la guerra”, dijo Guimaraes.
¿Fin del “lulismo”?
En Brasilia, los miembros del PT y de sus aliados políticos que seguían la votación por pantallas gigantes se retiraban abatidos.
Del otro lado del muro de un kilómetro tendido a lo largo de la explanada de los ministerios, los partidarios del impeachment estallaron en cambio en un solo grito de alegría cuando se anunció el voto 342.
En São Paulo, sobre la avenida Paulista, donde estaba reunida la oposición, los votos por el impeachment se festejaron con bocinazos, saltos y banderas al aire.
El voto de ayer podría mostrar la puerta de salida al “lulismo”, del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), figura, hasta ahora, más poderosa de la política brasileña.
En los últimos días varios aliados del Gobierno le retiraron su apoyo.
“Para combatir el proyecto de poder y corrupción de Lula y el PT (...), voto sí por el impeachment”, dijo al anunciar su voto el diputado Luiz Heinze, del PP, un partido que hasta la semana pasada era aliado del PT.
La crisis política brasileña, que se potencia con la peor recesión sufrida por el país desde 1930, es observada con preocupación en el extranjero, por diversos motivos; desde la situación económica hasta la realización de los Juegos Olímpicos de Río, a menos de cuatro meses de su inauguración.