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GINEBRA y VATICANO (AFP, ANSA). La embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley, acusó ayer al gobierno venezolano de destruir los derechos humanos y le instó a abandonar el Consejo de Ginebra.
“El gobierno de Venezuela está destruyendo los derechos humanos y la democracia en Venezuela”, afirmó Haley durante un acto organizado por Estados Unidos al margen de la 35ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
Acusándolo de “crímenes contra las instituciones económicas y políticas de Venezuela”, aseguró que “el régimen de (el presidente venezolano Nicolás) Maduro está deliberadamente matando de hambre e hiriendo a su gente”.
En los últimos años, Maduro ha “reforzado su tenaza sobre Venezuela, convirtiendo una nación antes próspera en una dictadura corrosiva”, añadió.
“Esta es una crisis económica, política y humanitaria que exige la atención del mundo”, lanzó Haley, considerando que “el Consejo de Derechos Humanos no tiene excusa” si “continúa ignorando las violaciones y abusos que está ocurriendo en Venezuela”.
El embajador venezolano ante la ONU, Jorge Valero, respondió alegando que Washington “no tiene autoridad moral para acreditarse como juez universal en materia de derechos humanos”, pero sin decir nada sobre las graves acusaciones contra su gobierno, que se han dado desde hace tiempo por organismos defensores de derechos humanos dentro y fuera de Venezuela.
Cita en el Vaticano
Está anunciada para mañana una reunión en el Vaticano de obispos venezolanos con el Papa.
Francisco podrá recibir así noticias directas de los obispos sobre la situación en Venezuela, además de las del nuncio apostólico, monseñor Aldo Giordano.
La Iglesia medió en un diálogo entre gobierno y oposición.
Sin embargo, esa iniciativa solo sirvió para que el chavismo ganara tiempo e impidiera que se realice un referendo revocatorio contra Maduro.
Pese a un primer intento de negociación fallido, la Santa Sede se ha mantenido disponible para una mediación, hecho que sería en cambio imposible si el Pontífice se pronunciase abiertamente a favor de una parte o de la otra.
Pero eso sí, Francisco ha pedido “condiciones claras” para una eventual nueva intermediación, luego de la experiencia pasada.