El “sultán” y el “zar” retoman relaciones

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MOSCÚ (ANSA). Después de nueve meses de crisis profunda, el presidente ruso, Vladímir Putin, y su par turco, Recep Tayyip Erdogan, dejaron ayer de lado las diferencias en nombre de los intereses económicos y políticos en una reunión que mantuvieron en San Petersburgo.

El encuentro se realizó para normalizar las relaciones bilaterales luego de la crisis causada por el derribo de un jet ruso por parte de Ankara en la frontera con Siria.

Los dirigentes anunciaron que las sanciones rusas contra Ankara serán eliminadas gradualmente, mientras se construirá el gasoducto Turkish Stream y se concretará el proyecto de la central nuclear turca de Akuyu.

En cuanto a la situación de Siria, país sumido en una guerra civil desde hace cinco años y medio y donde Rusia apoya militarmente al gobierno sirio, el líder del Kremlin se limitó a hablar de una posición común en la “lucha contra el terrorismo”.

Turquía se acercó a Moscú y juega así una carta para lanzar una advertencia a Occidente, que critica las purgas y el clima de caza de brujas después del fallido golpe de Estado de julio pasado.

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Hasta ahora, unas 26.000 personas terminaron en la cárcel y decenas de miles fueron suspendidas o retiradas de sus cargos públicos.

En ese contexto, se han deteriorado las relaciones entre Ankara y Washington, que no parece tener intención de extraditar a Fethullah Gulen, considerado por el gobierno turco como el “cerebro” del golpe.