España padece desde finales de 2015 una inestabilidad política crónica, con un Parlamento muy fragmentado. Desde 2015 ha vivido una formidable aceleración: estallido del bipartidismo, tentativa de secesión de Cataluña seguida de una suspensión temporal de su autonomía, caída de Rajoy en una inédita moción de censura exitosa.
Los sondeos dan al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) como vencedor en las elecciones, pero con un número de escaños que, incluso sumado a Podemos (izquierda radical), no formaría gobierno.
Los mismos sondeos perfilan una mayoría conservadora, conformada por el Partido Popular (PP), Ciudadanos (liberales) y Vox (ultraconservadores). Un trío que disparó el tono nacionalista y el domingo pasado acusó a Sánchez de “traidor” por dialogar con el separatismo catalán.
