Estados Unidos elige presidente, sin un claro favorito tras una reñida campaña

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El momento de la verdad de las presidenciales en Estados Unidos ha llegado tras la campaña electoral más virulenta que se recuerde en las últimas décadas. Nunca como esta vez los estadounidenses son convocados a elegir entre dos visiones diametralmente opuestas.

NUEVA YORK (ANSA). Y aunque las encuestas marcan una ventaja de la demócrata Hillary Clinton contra el republicano Donald Trump, el resultado final sigue siendo incierto.

Un dato es cierto: el impulso de Trump, que llevó en las últimas semanas a acortar distancia con su rival, parecía haber disminuido en las últimas horas.

Mientras, Clinton se mantenía en ventaja según los sondeos, aunque por un margen que no le permite confiar en una segura victoria.

Según el sitio especializado Real Clear Politics, Clinton está al frente por 3 puntos: 47,2% contra el 44,2% de Trump.

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Pero la candidata demócrata no alcanza todavía el número mágico de 270 grandes electores necesarios para llegar a la Casa Blanca.

Según diversos sondeos, Clinton tiene asegurados entre 203 y 216 delegados. Trump, por su parte, cuenta con 164. Los estados indecisos suman entre 158 y 171 delegados electorales.

En Estados Unidos el sistema de elección es indirecta, donde lo que se elige no es al presidente directamente, sino a delegados electorales, quienes luego eligen al mandatario.

El Colegio Electoral se conforma con 538 delegados electorales, y es necesario contar con 270 para obtener la elección presidencial.

La incertidumbre es aún grande, luego de una campaña particularmente reñida y virulenta entre los candidatos.

La ventaja de Clinton no le garantiza nada, pero a la candidata demócrata le basta con prevalecer en dos Estados, como Florida y Pensilvania, para triunfar, mientras que el magnate republicano debe obtener una serie de victorias en varios de los “estados clave”.

Esta situación podría transformar esta jornada de elección en una verdadera carrera cabeza a cabeza, con definición de fotografía.

Ayer, Clinton cerró sus actos de campaña llamando a la conciliación, tras la dura campaña. “Tengo mucho trabajo para unificar al país. Realmente, quiero ser la presidenta de todos”, dijo.

Mientras, Trump siguió con su discurso agresivo, que caracterizó a su campaña.