Marisa Letícia Rocco, que estaba hospitalizada y en coma desde el 24 de enero por un derrame cerebral, era la segunda esposa de Lula, con quien contrajo matrimonio en 1974, cuando ambos eran viudos, y fue primera dama de Brasil entre 2003 y 2010.
Lula autorizó la donación de los órganos de su esposa, que en vida se convirtió en el puntal en la sombra del desbordante carisma de su esposo.
La exprimera dama no llegó a pronunciarse públicamente sobre los cinco procesos por corrupción que fueron abiertos en los últimos meses contra Lula, en tres de los cuales aparece también como procesada, pese a la insistencia del líder del PT de atribuirlos a una “persecución política” y a sus peticiones para que su familia fuera dejada fuera de las disputas políticas.
