En medio de la impotencia internacional frente a la determinación de Damasco y sus aliados ruso e iraní de acabar con toda resistencia en Alepo, Francia anunció que iba a reunir en diciembre a los países occidentales y árabes que apoyan a la oposición siria.
El ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, dijo que era “urgente reaccionar” después de que el régimen de Bachar al Asad lanzara hace más de una semana una gran ofensiva para reconquistar Alepo-Este, donde 250.000 civiles están sitiados.
Informes indican que numerosas familias intentan pasar hacia el norte de la ciudad, que se encuentra en manos de fuerzas kurdas, que no apoyan ni al régimen ni a los rebeldes.
Está situado entre Alepo-Oeste, en manos del régimen, y el sector del este, controlado por los rebeldes.
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Las autoridades gubernamentales de Alepo dijeron que 10 personas pasaron el martes por la noche hacia los barrios del oeste de la ciudad, en un comunicado publicado en Facebook, que no precisa cómo estos civiles lograron pasar al otro lado.
El gobierno sirio acusó el martes a los rebeldes de retener a 250.000 civiles de Alepo-Este para “utilizarlos como rehenes y escudos humanos”.
Determinado a cualquier precio a lograr la rendición del sector rebelde de Alepo, cuyo control perdió en 2012, el régimen lanzó octavillas el martes instando a los rebeldes a dejar la ciudad pero también que permitan hacerlo a los “civiles que desean partir”.
Interrogado un grupo rebelde, Noredin Al Zinki, refutó estas acusaciones calificándolas de “rumores” expandidos por el régimen de Damasco.
