CARACAS (AFP).El gobierno de Nicolás Maduro justificó el despliegue de más de mil agentes antimotines para desalojar en plena noche cuatro campamentos de protesta en Caracas –el más nutrido frente a las oficinas de la ONU– donde dicen se albergaban grupos que preparaban “actos terroristas”.
“Se tenían evidencias de que de esos sitios estaban saliendo los grupos más violentos a cometer hechos terroristas: incendiar patrullas de la policía, enfrentarse con bombas molotov y con armas a los cuerpos de seguridad”, dijo el ministro de Interior, general Miguel Rodríguez Torres.
El Gobierno ha calificado invariablemente a las protestas iniciadas en febrero como un “intento de golpe de Estado” a cargo de grupos de la “oposición fascista” con apoyo de Estados Unidos y Colombia.
En los operativos fueron “incautados drogas, armas, explosivos, morteros, granadas lacrimógenas y todo lo que utilizan a diario para enfrentar a los cuerpos de seguridad”, afirmó el ministro, quien fue jefe de los servicios de inteligencia.
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El miércoles, sorpresivamente, el Gobierno había anunciado la postergación para la semana siguiente de una nueva reunión del escabroso diálogo de pacificación –al cual solamente aceptó asistir un sector de la alianza opositora Mesa de Unidad Democrática– y que permanece sin pistas de avances concretos luego de un mes de conversaciones.
El 8 de abril, dos días antes del inicio del diálogo, el presidente Maduro había puesto límites muy estrechos a las tratativas.
“No tengo nada que negociar con nadie, ni pactos, ni nada de eso (...) Aquí lo que hay es un debate, un diálogo que es diferente a una negociación”, dijo ese día, al ser interrogado en un acto público.
Nuevas protestas
Poco antes del mediodía de ayer grupos de jóvenes protestaron en al menos tres diferentes puntos de Caracas y una de esas concentraciones fue dispersada con gases lacrimógenos y balas de goma.
El “uso de la fuerza bruta para limitar la libertad de expresión estimula protestas más agresivas y peligrosas que hacen más difícil el diálogo. Puedes aplastar al adversario, pero no estás solucionando los problemas”, dijo el analista político Luis Vicente León.
“En medio de una crisis económica, con anuncios de racionamiento de agua y electricidad, el Gobierno va en contra de una sociedad que protesta (...) Su acción intenta mostrar que no está dispuesto a ceder en ningún terreno” dijo León.
