Grietas amenazan mayor hidroeléctrica de EE.UU.

LOS ÁNGELES (EFE). Los trabajos de emergencia en la represa Oroville, cuyos daños obligaron el domingo pasado a la evacuación de cerca de 200.000 personas en el norte de California, continúan a contrarreloj para ganar espacio en el embalse que se vio sobrepasado por la gran cantidad de agua dejada por las últimas lluvias.

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Los problemas en Oroville, la presa más alta de Estados Unidos con un dique de 230 metros de altura, comenzaron la pasada semana cuando se halló un gran hoyo en el desagüe principal de la reserva.

Ante ese descubrimiento, se cerró esa vía y se abrió el aliviadero auxiliar por primera vez en la historia del embalse, que tiene casi medio siglo.

Pero el domingo saltaron las alarmas cuando el personal técnico encontró una grieta en el aliviadero auxiliar, por lo que, ante la inminente posibilidad de que se desbordara, las autoridades ordenaron la evacuación, por la “amenaza creíble de un daño potencialmente catastrófico” sobre la población cercana.

El desagüe principal de la presa está liberando más de 2.800 metros cúbicos de agua por segundo. Mientras tanto, las proyecciones del Servicio Meteorológico Nacional (NWS, en inglés) apuntan a posibles lluvias en la zona a partir de esta noche que se extenderían durante el resto de la semana.

Los problemas de Oroville se han visto agravados por el invierno muy húmedo que está sufriendo California.

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