Las fotografías revelan que ese pequeño robot se quedó calado en una grieta oscura y demuestran, según precisó la ESA en un comunicado, por qué era tan difícil establecer comunicación con él en este tiempo.
Philae fue visto por última vez después de que tocara tierra en el cometa en un punto bautizado con el nombre de Agilkia, desde el que rebotó y acabó deteniéndose finalmente en una zona conocida como Abydos, a un kilómetro de ese primer lugar elegido para el aterrizaje.
Al cabo de tres días, su batería principal se quedó sin energía por falta de contacto con el Sol y el módulo entró en hibernación, estado que abandonó temporalmente para comunicarse brevemente con Rosetta en junio y julio de 2015. Pero su localización exacta, según la ESA, no se conocía hasta ahora.
Los datos disponibles acotaron su búsqueda a un margen de varias decenas de metros, pero el número de objetos identificados como potenciales candidatos, en imágenes de relativamente baja resolución y tomadas desde distancias mayores, no pudieron ser analizadas en detalle hasta hace poco.
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La foto tomada por la cámara OSIRIS de Rosetta el pasado 2 de setiembre tiene una resolución de cerca de 5 centímetros por píxel, suficiente para mostrar los rasgos característicos del cuerpo del Philae.
El coordinador de los esfuerzos de búsqueda, Laurence O’Rourke, dijo ayer estar entusiasmado por haber podido dar con esa imagen de Philae en Abydos.
“Empezábamos a pensar que Philae permanecería perdido para siempre. Es increíble haber capturado esto en su hora final”, indicó el jefe de la misión, Patrick Martin.
