Histórica protesta contra extradiciones a China

Hong Kong fue testigo ayer de la mayor manifestación desde que dejó de ser colonia británica, en 1997, cuando más de un millón de personas protestaron contra el plan de extradiciones a China. La desconfianza hacia el Gobierno de Pekín va en aumento desde que desaparecieron varios críticos del Partido Comunista chino.

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HONG KONG (AFP). Los manifestantes marcharon a través de las estrechas calles de la isla principal de este centro financiero, en una ruidosa y colorida manifestación en la que se pedía al gobierno que diera marcha atrás en sus planes.

No se recordaba una acción similar desde la que congregó a 1,5 millones de personas aún bajo el gobierno colonial (1989), en apoyo a los manifestantes de Tiananmen.

Según los términos del acuerdo sino-británico sobre la devolución de Hong Kong a China, la ciudad goza de más libertades que el resto del Estado asiático en virtud del principio “Un país, dos sistemas” , en teoría hasta 2047.

La policía, que históricamente da cifras mucho más bajas que las de los organizadores, calculó que el número máximo de asistentes fue de 240.000, lo que sigue siendo su segunda estimación más alta desde la retrocesión de la excolonia a China.

La protesta de ayer estuvo fácilmente a la par con la de 2003, cuando se calcula que 500.000 manifestantes obligaron al gobierno a dejar de lado una ley de seguridad nacional profundamente impopular.

“El gobierno no puede ignorar estas cifras”, dijo el manifestante Peter Chan, de 21 años, sobre los más de un millón de asistentes. Este proyecto de extradicion de las autoridades de Hong Kong pro-Pekín dejará a la población a merced de un sistema judicial chino opaco y politizado.

No está claro, sin embargo, que los dirigentes vayan a cambiar su postura. Pero ignorar las protestas podría devolver a los disturbios de 2014, cuando tuvo lugar las manifestaciones pro democracia conocida como la Revolución de los Paraguas.

Los organizadores advirtieron ayer que “incrementarán” sus acciones si el gobierno no da marcha atrás. Tal cosa podría enfurecer a Pekín, ya que la ley tiene el apoyo de varios altos dirigentes del Partido Comunista.

El gobierno hongkonés describió las protestas como “un ejemplo del ejercicio de la libertad de expresión del pueblo de Hong Kong”, sin dar signos de estar dispuesto a hacer cambios.

Numerosos manifestantes admitieron que no creían más en los compromisos del ejecutivo de Hong Kong de no enviar al continente a los críticos del poder chino.

Las autoridades intentan hacer votar en el Consejo Legislativo (parlamento local) el texto que autorizaría las extradiciones hacia países, como China continental, con los que no existe un acuerdo en este tema.

Según el ejecutivo de la región semiautónoma, esta ley llenaría un vacío jurídico y es necesaria, especialmente para permitir la extradición a Taiwán de un hongkonés acusado de asesinato. Pero los detractores aseguran que sólo es un pretexto para satisfacer a Pekín.

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