CURITIBA (AFP, Reuters). La declaración del exmandatario brasileño Lula da Silva se dará en el marco de una causa penal que investiga si el líder del Partido de los Trabajadores (PT) recibió un apartamento en el litoral del estado de São Paulo en concepto de soborno por favorecer a la constructora OAS, implicada en el caso Petrobras, descubierta por el operativo “Lava Jato”.
La comparecencia de Lula ante el juez anticorrupción de Curitiba, Sergio Moro, genera gran expectativa no solo en el ámbito político brasileño, sino en todo el país, debido a que está en juego el futuro político del exmandatario, que aspira volver a gobernar su país desde el 2018; como también la credibilidad de la justicia brasileña, que por el caso Petrolão ya envió a la cárcel a más de 120 políticos y empresarios que participaron del fraude a Petrobras.
Lula es el expresidente más popular que ha tenido el país y el favorito para las elecciones de 2018 según encuestas privadas, mientras que Moro, es un profesor de derecho penal de voz suave y el principal obstáculo para que el líder el PT vuelva a la presidencia.
Acorralado por la justicia, Da Silva lanzó duras acusaciones contra Moro, a quien denunció ante el comité de derechos humanos de la ONU por abuso de poder y persecución política.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Según encuestas de Datafolha, Moro es uno de los pocos personajes públicos que podrían vencer a Lula en la carrera presidencial de 2018, pero el magistrado ha negado que vaya a entrar en la política.
El juez Moro ha evitado referirse al impacto electoral de sus decisiones; aunque acusó al político de transformar su declaración en un “acto político-partidario”.
Según el Ministerio Público, el esquema de sobornos del Petrolão –montado bajo la presidencia de Da Silva y que funcionó mientras Dilma Rousseff presidía el directorio de la empresa– prosiguió hasta 2016, dos años después de iniciada la investigación de “Lava Jato”, que destapó una enorme y compleja red de corrupción que desviaba recursos de Petrobras (caso conocido como el Petrolão), para poderosos empresarios y políticos de todos los partidos.
