Las diferencias “son una riqueza”, resalta el Papa

Las “diferencias no son un daño o un peligro; son una riqueza”, destacó ayer el papa Francisco en el tradicional mensaje de Navidad pronunciado desde el balcón central de la basílica de San Pedro, para luego impartir la bendición “urbi et orbi” (a la ciudad y al mundo).

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CIUDAD DEL VATICANO (EFE). Francisco dedicó su discurso a recalcar que el mensaje universal de la Navidad es que “Dios es Padre bueno y nosotros somos todos hermanos”.

“La salvación pasa a través del amor, la acogida y el respeto de nuestra pobre humanidad, que todos compartimos en una gran variedad de etnias, de lenguas, de culturas, pero todos hermanos en humanidad”, señaló ante las decenas de miles de personas concentradas en la Plaza de San Pedro.

“Entonces, nuestras diferencias no son un daño o un peligro, son una riqueza. Como para un artista que quiere hacer un mosaico: es mejor tener a disposición teselas (piezas para armar un mosaico) de muchos colores, antes que de pocos”, destacó.

Puso como ejemplo la familia, donde “siendo hermanos y hermanas, somos distintos unos de otros, y no siempre estamos de acuerdo, pero hay un vínculo indisoluble que nos une, y el amor de los padres nos ayuda a querernos”.

Deseó que en esta Navidad “redescubramos los nexos de fraternidad que nos unen como seres humanos y vinculan a todos los pueblos”.

Y entonces Francisco, como cada año, repasó los lugares donde se viven conflictos.

Deseó que “este tiempo de bendición le permita a Venezuela encontrar de nuevo la concordia y que todos los miembros de la sociedad trabajen fraternalmente por el desarrollo del país, ayudando a los sectores más débiles de la población”.

Y que en Nicaragua “no prevalezcan las divisiones y las discordias, sino que todos se esfuercen por favorecer la reconciliación y por construir juntos el futuro del país”.

Rogó para que “israelíes y palestinos retomen el diálogo y emprendan un camino de paz que ponga fin a un conflicto que -desde hace más de setenta años- lacera la Tierra elegida por el Señor para mostrar su rostro de amor”.

Recordó también Siria “para que vuelva a encontrar la fraternidad después de largos años de guerra”.

Y también recordó el conflicto en Yemen, a “millones de personas refugiadas o desplazadas” en África y las tensiones en Ucrania.

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