Latinoamérica, a un segundo plano

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WASHINGTON (EFE). Ninguno de los dos candidatos a la presidencia de Estados Unidos ha puesto las relaciones con Latinoamérica en el centro de su campaña, pero según los expertos, una victoria de Donald Trump tensaría los lazos con la región y una de Hillary Clinton supondría un continuismo de las políticas actuales.

La promesa del republicano de construir un muro en la frontera con México ha sido su propuesta más clara hacia América Latina, y ha influido en la impresión de otros países del continente sobre Trump, pese al escaso interés que el magnate ha demostrado tener en la región.

Mientras, Clinton ha relegado a Latinoamérica a un segundo plano en su plan de política exterior, pero no ha olvidado prometer que, si llega al poder, “profundizará” los lazos sin desviarse del camino marcado por el actual presidente, Barack Obama, aunque quizá con una mano más dura en temas de derechos humanos.

La búsqueda del voto latino en estados clave como Florida y Nevada ha arrancado algunas pistas sobre los planes de los candidatos, pero quedan dudas sobre todo en tres áreas: la apertura a Cuba, la política hacia Venezuela y el comercio con la región.

Hillary prometió en setiembre pasado “mantener la presión sobre Venezuela” y buscar “una solución pacífica a la crisis política y humanitaria” provocada, a su juicio, por “el régimen autoritario de Hugo Chávez y Nicolás Maduro”. Trump, por su parte, no se ha pronunciado en absoluto sobre la situación en Venezuela, pero es fácil imaginar que su Gobierno adoptaría un enfoque duro respecto a los países de la Alba (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), en contraste con la estrategia de bajo perfil de Obama, según analisistas.

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¿Qué ocurrirá con el acercamiento a Cuba si gana Trump? A medida que buscaba votos en Florida, el magnate fue endureciendo su posición y prometió “dar marcha atrás a las órdenes de Obama hacia Cuba hasta que se restauren las libertades” en la isla. En cambio, Clinton prometió continuar con la línea de Obama y trabajar con el Congreso para que levante el embargo, pero es posible que no le dedique la misma atención de su predecesor y busque “su propio legado en la región.