La operación es una ramificación de la investigación Lava jato (lavadero de autos), y sacó a luz el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil.
La investigación, apuntó la Fiscalía, demostró que Sérgio Cabral “montó una organización criminal” en 2002, cuando era diputado regional en Río de Janeiro, y que creció entre 2007 y 2014, mientras se desempeñó como gobernador del estado. El año pasado, Batista rompió un prolongado silencio para colaborar con las investigaciones del Petrolão.
Batista admitió que realizó “donaciones” sin declarar a campañas políticas de 13 partidos con fondos de comisiones ilegales. Entre los beneficiarios están campañas de líderes de todo el arco político, incluida la expresidenta Dilma Rousseff cuando se presentó a la reelección en 2014 formando equipo con Michel Temer, hoy presidente de Brasil.