WASHINGTON (AFP).Trump acusó a sus adversarios políticos de emprender una “caza de brujas” sobre sus supuestos lazos con Moscú durante la campaña electoral, que el millonario niega.
El nuevo escándalo gira alrededor de Jeff Sessions, un fiel aliado del presidente, que como secretario de Justicia tiene al FBI (policía federal) bajo su mando, y que el jueves se apartó de cualquier investigación sobre el rol de Rusia en los comicios.
Luego de que Sessions dijera bajo juramento en el Senado que “no tuvo comunicaciones con los rusos”, periodistas reportaron que de hecho se reunió con el embajador de Moscú en Washington, Serguei Kisliak, en dos oportunidades en los meses previos a las elecciones.
Sessions afirmó que era parte de su rol como senador encontrarse con diplomáticos, y que con el embajador ruso hablaron de “cosas normales”. Pero la oposición demócrata no perdió la oportunidad, y pide que el exsenador renuncie y sea investigado por perjurio.
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“Jeff Sessions es un hombre honesto”, manifestó Trump.
El presidente también atacó al líder de la minoría demócrata, Chuck Shumer, una de las voces más fuertes que piden la renuncia de Sessions.
En su red social Twitter el mandatario colocó una foto del senador por Nueva York tomando café y comiendo donas con el presidente ruso, Vladímir Putin, en 2003, con la leyenda: “Deberíamos iniciar una investigación inmediata sobre los lazos del senador con Rusia y Putin. Un total hipócrita”.
A lo que Schumer señaló que “con gusto hablaría” sobre su encuentro con Putin, añadiendo: “¿Lo harían tú y tu equipo?”.
Trump ha negado cualquier vínculo con el Kremlin, desde que las agencias de inteligencia estadounidenses acusaron públicamente a Moscú de tratar de interferir en las elecciones de noviembre para impulsar al magnate a la Casa Blanca.
Pero, poco a poco, han surgido nuevos reportes de encuentros de figuras de su entorno con el embajador ruso.