RÍO DE JANEIRO (EFE, ANSA). Las últimas víctimas, cuatro presuntos traficantes, murieron ayer en una operación de la policía militar y las tropas de choque en el complejo de La Maré, en la zona norte de Río.
Dos de ellos fueron abatidos por los agentes y los otros dos resultaron gravemente heridos durante los tiroteos y fallecieron en un hospital, según la versión oficial.
La intervención, de acuerdo con fuentes policiales, arrojó tres detenidos y la incautación de unos 300 kilos de droga, y tiene una relación “indirecta” con el operativo que se desarrolla desde el sábado en otra de las grandes comunidades de Río, Ciudad de Dios.
Conocida en todo el mundo por el éxito de la película del mismo nombre, Ciudad de Dios, en la zona oeste de Río de Janeiro, ha cobrado de nuevo un triste protagonismo por los enfrentamientos que comenzaron el sábado y que han dejado allí, hasta ahora, once muertos, cuatro de ellos miembros de la Policía Militar.
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La comunidad Ciudad de Dios es mundialmente conocida pues inspiró la película del director brasileño Fernando Meirelles, que fue nominado a cuatro premios Óscar en 2002.
En esa favela famosa actúan gavillas que trafican drogas y grupos paramilitares conocidos como las “milicias”.
Presuntos narcotraficantes montaron barricadas en algunos puntos de esa favela de zona oeste de Río de Janeiro donde el sábado se precipitó un helicóptero con cuatro policías a bordo, los cuales murieron en el lugar del siniestro.
Las autoridades han reforzado la presencia policial en la favela, que ayer amaneció con comercios y colegios cerrados y en un clima de tensión tras la tercera noche de tiroteos.
La gobernación de Río de Janeiro y la municipalidad de su capital informaron que se vieron obligadas a suspender las actividades en las escuelas para evitar riesgos a los alumnos y profesores.
La Policía investiga las circunstancias del accidente del helicóptero que el sábado provocó la muerte de cuatro agentes, mientras las autoridades empezaron a escuchar los testimonios de los familiares de los siete jóvenes encontrados muertos entre la maleza, el domingo, algunos con signos de tortura y disparos en la cabeza.
Cinco de los fallecidos, según medios locales, tenían antecedentes policiales y al menos uno era menor de edad.
Ante el estado de guerra abierta registrado este fin de semana el presidente Michel Temer ofreció el envío de tropas de la Fuerza Nacional de Seguridad.
