CARACAS (AFP). Venezuela, sumida en una grave crisis sociopolítica, está en el centro de la escena diplomática internacional desde que el jefe del Parlamento (opositor), Juan Guaidó, asumió la presidencia interina del país, citando artículos de la Constitución venezolana, desafiando al régimen opresor del socialista Nicolás Maduro.
La postura de la Unión Europea (UE) hace parte de la presión internacional contra la dictadura de Maduro, que hace 17 días juró un nuevo mandato de 6 años cuya legitimidad no reconocen la oposición y buena parte de la comunidad internacional.
Por su parte, el gobernante venezolano considera una “insolencia” la exigencia de los europeos y dijo que “Nadie puede darnos un ultimátum de este tipo. Si alguien quiere abandonar el país (refiriéndose a las representaciones diplomáticas), lo puede hacer. Venezuela no está ligada a Europa”.
La UE dijo ayer en un comunicado que “tomará otras medidas, incluso sobre el tema del reconocimiento del liderazgo del país” ante la ausencia del anuncio de una convocatoria a elecciones, una de las opciones puestas sobre la mesa para que concluya la severa crisis sociopolítica que atraviesa el país latinoamericano.
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El conjunto de la UE deja abierta la posibilidad de reconocer al líder opositor Juan Guaidó como presidente y subió el tono contra Maduro pero sin marcar un límite temporal concreto como sí lo hicieron otras potencias que emplazaron por ocho días para la convocatoria de comicios democráticos.
Antes del comunicado de los Veintiocho Estados de la UE, los Gobiernos de España, Francia, Alemania y el Reino Unido se habían expresado con mayor contundencia, emplazando a Maduro a llamar a elecciones o bien reconocerían a Guaidó como presidente interino.
El jefe del Parlamento venezolano, que asumió las competencias del ejecutivo la semana pasada, Juan Guaidó, insistió en que la solución a la severa crisis venezolana pasa por la convocatoria a elecciones “reales” y con garantías, al tiempo que expresó que no aceptará un diálogo “falso” con el régimen chavista.
Guaidó asegura que trabaja por lograr en el corto plazo que Maduro desaloje el poder, se instale un Gobierno de transición y se convoque a nuevas elecciones “libres”.
Estados Unidos, Canadá, Israel y numerosos países latinoamericanos como Paraguay, Guatemala, Honduras, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Brasil y Argentina, han reconocido ya a Guaidó como líder interino del país caribeño.
Junto a Rusia, China e Irán, Turquía y su líder conservador islamista Recep Tayyip Erdogan es uno de los aliados políticos y económicos más importantes de Maduro. En Latinoamérica: Cuba, Bolivia y Nicaragua.
Amnistía vs. lealtad
Alentado por el creciente apoyo internacional y la deserción del agregado militar en Washington, Guaidó envió a sus seguidores a distribuir por todo el país copias de la ley aprobada por el Parlamento de mayoría opositora, que preside desde el 5 de enero. “Hoy fuimos a tenderle la mano (...) Soldado de Venezuela: esperamos por ti y el compromiso que tienes con nuestra Constitución”, declaró el líder opositor, de 35 años.
Con banderas venezolanas, grupos de opositores entregaron en las puertas de Fuerte Tiuna –mayor complejo militar– y otros cuarteles la ley que da “todas las garantías constitucionales” a militares y civiles que “colaboren en la restitución de la democracia”.
En tanto, al encabezar ejercicios militares ayer, Maduro pidió a la Fuerza Armada “unión” y “disciplina”. “¡Traidores nunca, leales siempre!”, arengó. El dictador otorga vasto poder a los altos mandos castrenses a cambio de su “lealtad”.