Marcha anti-Trump, con exigencias a Peña Nieto

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CIUDAD DE MÉXICO (Reuters). Miles de personas marcharon ayer en México para protestar contra las políticas anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que incluyen deportar en masa a mexicanos, dar continuidad a la construcción del muro fronterizo e incluso cancelar importantes tratados comerciales con el país.

Pero esta cita “anti-Trump” también tuvo exigencias para el mandatario mexicano Enrique Peña Nieto, que tiene actualmente los peores niveles de popularidad de su mandato, empañado por escándalos de corrupción, inseguridad, pobreza y el reciente incremento del costo de combustibles.

Cientos de personas aprovecharon las calles para exigir al presidente de México un freno a la corrupción. En esa línea en algunas pancartas que acompañaron la marcha podía leerse “Yo no soy pro Peña, soy pro México” o “derribemos primero el muro de la corrupción”.

La movilización, que concluyó de manera pacífica, fue convocada en Ciudad de México, pero se replicó en otras importantes ciudades del país como Tijuana, fronteriza con Estados Unidos; Monterrey, Guadalajara y Morelia, y estados como Puebla y Yucatán.

Con grandes carteles con mensajes como “Mexicanos exigimos respeto... queremos puentes, no muros”, vestidas de blanco y llevando en sus manos una bandera del país, miles de personas recorrieron las calles de la capital por la extensa y emblemática avenida Reforma.

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Críticas

Desde el comienzo de su campaña, Trump ganó críticas por propuestas como la construcción o ampliación de un muro fronterizo que tendría que pagar México, a lo que se sumaron la idea de cancelar el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) que además incluye a Canadá.

Las discrepancias entre ambos gobiernos por el muro, que comenzó a construirse en 1994 durante la presidencia de Bill Clinton, escalaron hasta provocar recientemente la cancelación del primer encuentro entre Peña Nieto y Trump.

El sábado último, el mandatario republicano anunció, a través de Twitter, que reduciría el precio de la polémica obra fronteriza.