JERUSALÉN (AFP, EFE). El Likud de Netanyahu habría obtenido entre 33 y 36 escaños en el Parlamento, mientras la lista Azul y Blanco de Gantz 36-37, de los 120 miembros de la Knéset (Parlamento). Pero el número de escaños de los partidos con los que Netanyahu podría formar una coalición es mucho mayor que el de Gantz. Los conocidos como halcones, en general favorables a una postura de defensa y seguridad más firmes, que suele ocasionar más roces con los palestinos.
Ambos están lejos de quedarse con la mayoría (61 escaños) y tendrán que aliarse con otras formaciones para gobernar.
Más de 6,3 millones de electores fueron convocados para elegir los 120 diputados que los representarán en el Knéset y decidir si Netanyahu ocupará un cuarto mandato consecutivo (quinto en total), o si llegó la hora del cambio, con Gantz, candidato por primera vez.
Negociaciones
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En el sistema parlamentario, que rige en Israel, una vez que haya resultados confirmados se abrirá en los próximos días un período de negociaciones para formar gobierno.
Depende del presidente Reuven Rivlin considerar, a la luz de las recomendaciones de los partidos de la Knéset, qué partido designará para tratar de formar el gobierno.
Por regla general, es el partido más votado, pero éste no necesariamente puede lograr el apoyo de otras bancadas, por lo que el gobierno se formará entre los grupos políticos que en conjunto logren una mayoría.
Netanyahu, que acumula 13 años en el cargo de primer ministro y está bajo investigación por supuesta corrupción, busca un quinto mandato (que le permitiría establecer un récord de longevidad en el poder).
En tanto, Gantz general, y exparacaidista, lleva la experiencia de haber sido comandante de una unidad de fuerzas especiales y ex jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa. Pero Israel no lo identificaba como un político.
Sin diferencias significativas en sus programas de gobierno, la campaña se transformó en un plebiscito sobre la persona de Netanyahu, querido y resistido por igual.
El presidente palestino Mahmud Abás expresó que estaba preparado a retomar las negociaciones si se respeta el derecho internacional.
Netanyahu atizó la polémica en la campaña al afirmar, en desafío a un amplio consenso internacional, que estaba preparado para anexar los asentamientos israelíes en Cisjordania, territorio que está previsto sea parte de un futuro Estado palestino.