Ya suman 326 en Colombia y siete en Brasil, según autoridades de ambos países, la gran mayoría de rangos bajos y medios. Algunos salen, incluso con familia.

Las fisuras, aunque hasta ahora no determinantes, son más evidentes: unos 180 efectivos fueron detenidos en 2018 acusados de conspirar, según la ONG Control Ciudadano.

Mientras los generales y almirantes disfrutan de una gran vida, los mandos inferiores no escapan a la escasez de comida y medicinas: unos 4.300 efectivos desertaron de la militarizada Guardia Nacional en 2018; y unos 10.000 miembros de la Fuerza Armada pidieron la baja desde 2015, según Control Ciudadano.

Rocío San Miguel, miembro de esta ONG, considera que “el abandono de efectivos militares a Maduro va a continuar, y solo los que están comprometidos en graves violaciones a los DD.HH. están dispuestos a seguir apoyándolo”.

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