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ROMA (ANSA, EFE). En el mundo explorado por los ganadores del Nobel de Física 2016, David Thouless, Michael Kosterlitz y Duncan Haldane, es posible hallar estados de la materia muy extraños e inusuales.
Los estados de la materia son mucho más diversos que aquellos que nos son más familiares, como el gaseoso, líquido y sólido.
Las investigaciones de estos pioneros demostraron que hay casos en que las leyes de la física clásica ya no valen, abriendo así una vía a la búsqueda de nuevos estados insólitos de la materia y la puesta a punto de nuevos materiales.
El vapor de agua, la lluvia o un cubo de hielo, por ejemplo, se comportan según las reglas previstas por la física clásica.
Pero las cosas cambian de manera drástica cuando la materia se acerca a temperaturas muy bajas, próximas al cero absoluto, o sea, a menos de 273 grados.
En condiciones extremas como esta, la materia comienza a comportarse de un modo nuevo y comienzan a regir las leyes de la física cuántica, esas que gobiernan el mundo subatómico.
Probablemente, el más conocido de estos estados inusuales de la materia sea la superconductividad, o sea, la extrema facilidad con la cual algunos materiales son atravesados por la corriente eléctrica sin oponer resistencia.
También insólita es la superfluidez, a saber, la propiedad que tienen algunos fluidos de no presentar casi viscosidad.
Todos los ganadores del Nobel reciben un diploma, una medalla de oro y un premio económico a compartir, dotado este año con 8 millones de coronas suecas (934.000 dólares), en la ceremonia que se celebra cada 10 de diciembre en Oslo (para el de la Paz) y en Estocolmo (para el resto).
Hoy será anunciado el premio de Química.