“Como he recordado en varias ocasiones, un cristiano no puede ser antisemita”, dijo en el Vaticano, donde encontró a los rabinos del “World Congress of Mountain Jews” del Cáucaso en su primera visita a un pontífice.
Francisco indicó a los representantes judíos que las raíces de ambas confesiones son “comunes” y agregó: “hemos sido llamados juntos a comprometernos para que el antisemitismo sea desterrado de la comunidad humana”.
Francisco recordó la conmemoración del Holocausto durante su reciente viaje a Lituania, así como el 75 aniversario de la redada en el Gueto de Roma (16 de octubre) y de los 80 años de la “Noche de los cristales” nazi (9 de noviembre).
“Sin una memoria viva no habrá futuro” y aseguró que la libertad religiosa “es un bien sumo que debe ser defendido, un derecho humano fundamental y baluarte en contra de las pretensiones totalitarias”.
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