Perú, con segundo mayor operativo anticorrupción

En Perú se lleva a cabo el segundo mayor operativo anticorrupción en el marco de los escándalos de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht. El caso remonta a los peruanos al virreinato (1542-1824), pero por primera vez causa hartazgo en la ciudadanía. El Lava Jato peruano investiga a expresidentes y autoridades regionales por cobro de coimas.

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LIMA (AFP). Millonarios sobornos a presidentes, aportes ilegales a muchos candidatos, coimas a árbitros que dirimían disputas contractuales: la empresa brasileña Odebrecht no dejó detalles al azar para asegurarse negocios en Perú.

Analistas recuerdan que los altos niveles de corrupción en Perú se remontan al virreinato (1542-1824), pero por primera vez causan hartazgo en la ciudadanía.

Fruto de un acuerdo de colaboración, exjefes de la constructora testificaron esta semana en Brasil ante fiscales peruanos, a quienes entregaron “las rutas del dinero” que Odebrecht repartió durante años en Perú entre figuras de poder, desde mandatarios hasta alcaldes, para obtener contratos de obras públicas.

Las revelaciones del exhombre fuerte de Odebrecht en Perú, el brasileño Jorge Barata, salpican a cuatro expresidentes, entre ellos Alan García, quien se pegó un tiro en la cabeza cuando iba a ser detenido el último Miércoles Santo.

Barata declaró que la constructora aportó dinero a la campaña que llevó por segunda vez a García al poder en 2006 y después le pagó más de US$ 4 millones a su secretario, Luis Nava.

La fiscalía sospecha que el destinatario final de este dinero no era Nava, sino Alan García (1985-1990 y 2006-2011), versión que el expresidente siempre negó.

Expresidentes 

Los testimonios de Barata involucran también a los exmandatarios Alejandro Toledo (2001-2006), a quien afirma haberle pagado US$ 31 millones en sobornos; a Ollanta Humala (2011-2016) y a Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018).

Kuczynski, que cumple prisión preventiva, renunció a la presidencia en marzo de 2018 acorralado por denuncias de corrupción cuando el Congreso se aprestaba a destituirlo.

Toledo escapó en enero de 2017 a Estados Unidos y ahora enfrenta un pedido de extradición, mientras Humala y su esposa Nadine estuvieron nueve meses en prisión preventiva por este caso, que también salpica a gobernadores y alcaldes peruanos.

Ollanta y su esposa tienen prohibición de salida del país.

Humala niega haber recibido ese dinero, que según Barata provenía de la caja de fondos ilícitos de Odebrecht.

Kuczynski, de 80 años, está bajo investigación por presunto lavado de activos. La constructora reveló en 2017 que había pagado casi US$ 5 millones por asesorías a las firmas First Capital y Westfield Capital. El expresidente negaba hasta ese momento todo vínculo con la empresa.

El exjefe de Odebrecht también reveló que el entonces presidente Toledo una vez lo increpó por la demora en entregarle sus coimas: “Oiga, Barata, paga carajo”.

Toledo ahora enfrenta un pedido de extradición. La empresa brasileña afirma que le pagó US$ 31 millones en sobornos.

Imagen de empresa responsable 

Por los testimonios de Barata también están bajo la lupa de la fiscalía dos exalcaldes de Lima, Susana Villarán (2011-2015) y Luis Castañeda (2003-2010), así como los gobernadores de las regiones del Cusco Callao y Ancash.

El soborno pagado al gobernador del Cusco ascendió a US$ 3 millones, según Odebrecht, por el contrato de US$ 100 millones por la construcción de la llamada “Vía de Evitamiento”. Ésta fue construida en 2012 y es una ruta periférica de 10 km de longitud en la ciudad andina de Cusco, la antigua capital del imperio inca y meca del turismo en Perú.

Esta ruta es popularmente llamada ahora “vía de la muerte” por el mal estado en el que se encuentra.

También está bajo investigación la excandidata presidencial socialcristiana Lourdes Flores, mientras que la líder opositora Keiko Fujimori permanece en prisión preventiva desde el 31 de octubre.

Las revelaciones también involucran al abogado Horacio Cánepa, acusado de ser sobornado por Odebrecht cuando oficiaba de árbitro que dirimía sus disputas contractuales con el Estado peruano.

Hasta que estalló el escándalo a fines de 2016, la constructora tenía mucho prestigio en Perú, donde hacía donaciones para reforzar su imagen de empresa socialmente responsable.

Financiaba premios de periodismo y conjuntamente con el entonces presidente García regaló el Cristo del Pacífico, un monumento de casi 40 metros de altura inaugurado en junio de 2011 en un cerro costero del sur de Lima, inspirado en el Cristo del Corcovado de Río de Janeiro.

Al haberse suicidado, Alan García quedó al margen de las investigaciones del escándalo de Odebrecht, por lo que nunca se llegará a demostrar su culpabilidad o inocencia. Sin embargo, continuarán bajo indagación algunos asesores.

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