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CIUDAD DE MÉXICO (Reuters y EFE). El sismo de ayer ocurrió en menos de 15 días de otro terremoto que dejó 98 muertos en el sur del país; y en el 32º aniversario del devastador temblor del 19 de septiembre de 1985, que dejó unos 15.000 fallecidos.
El nuevo catastrófico movimiento telúrico se sintió con más fuerza que el ocurrido el 7 de septiembre último, de magnitud 8,2 en la escala de Richter, dado que el epicentro fue más cercano.
El Servicio Geológico de Estados Unidos reportó una magnitud ajustada de 7,1 con epicentro en el central Estado de Morelos, donde al menos 54 personas murieron. La profundidad fue de 57 kilómetros, señaló.
Además de los 149 fallecidos confirmados, el temblor generó numerosas escenas de pánico en la capital del país y ocurrió dos horas después de que la ciudadanía saliera a las calles en un simulacro conmemorativo del devastador sismo de 1985.
Autoridades no descartaron que la cifra de muertos aumente debido a la gravedad de los daños, mientras los socorristas trabajaban contra reloj para salvar a sobrevivientes. Al desolador panorama se sumaron los numerosos cortes en el servicio eléctrico, fugas de gas e interrupción del servicio de telefonía.
El presidente Enrique Peña Nieto, quien se encontraba fuera de Ciudad de México, regresó a la capital para coordinar las labores de rescate. “Se ven imágenes de derrumbes, de varios edificios colapsados”, dijo el mandatario poco antes de aterrizar en un aeropuerto militar.
Una escuela del sur de la capital se derrumbó, donde murieron 20 niños y 2 adultos, en tanto que 38 personas más seguían desaparecidas en esa institución, algunas atrapadas entre escombros. Anoche uno de los pequeños fue rescatado, pero no saben cuántos están debajo de los restos del edificio. Equipos de rescate y vecinos removían escombros con sus manos, otros con palas, en búsqueda de sobrevivientes.
Las escenas de solidaridad se repiten en la capital del país norteamericano con miles de personas en las calles que no ocultan su emoción y miedo a que se repitan los temblores.
México se ubica entre cinco placas tectónicas, cuyos movimientos convierten al país en uno de los que registra mayor actividad sísmica en el mundo.
Sin víctimas paraguayas
El embajador paraguayo en México, Víctor Cuevas, informó que hasta anoche no tenían reporte de paraguayos entre los fallecidos ni heridos. La Cancillería paraguaya expresó su solidaridad y “sus más sentidas condolencias a los familiares de las víctimas y al Gobierno Mexicano” y manifestó “su absoluta disposición a brindar la ayuda que esté a su alcance para la pronta recuperación de las zonas afectadas”.
El emblemático estadio Azteca, principal sede de los mundiales de 1970 y 1986, sufrió una enorme grieta en un sector de sus graderías. El futbolista paraguayo del América Cristhian Paredes relató los momentos de angustia que vivió en ese estadio donde su club se alistaba para jugar contra el Cruz Azul. “Parecía que se iba a caer todo. Yo estaba con Pablo (Aguilar, también paraguayo) en el vestuario y tuvimos que correr hasta el campo de juego para ponernos a salvo”, comentó.