Cerca de 3.500 bebés mueren en su cama cada año en Estados Unidos, debido especialmente al síndrome de muerte súbita del lactante o a la asfixia accidental. El índice de mortalidad disminuyó en la década de 1990 tras el lanzamiento de una campaña para mejorar su seguridad durante las horas de sueño, pero luego se estancó.
Recomiendan acostar a los bebés en una superficie firme en la cuna, envolverlos en una sábana bien ajustada. Corren mayor riesgo de muerte súbita entre el primer y cuarto mes de nacidos, pero nuevos estudios muestran que las mantas, almohadas u otros objetos blandos ubicados en las cunas son peligrosos incluso para bebés mayores de cuatro meses.
Los pediatras insisten con el contacto físico entre la madre y el recién nacido inmediatamente después del nacimiento, sin importar el tipo de parto. De acuerdo con el estudio, el amamantamiento también aumenta la protección contra el síndrome de muerte súbita.