BRASILIA (AFP). El legislador, de 61 años, maneja los hilos en la Cámara Alta, donde si bien no pudo evitar la caída de Rousseff (destituida en juicio político en setiembre pasado), se volvió luego aliado de su sucesor, Temer, quien cuenta con su influencia para aprobar en el Senado su plan de ajuste fiscal, al que se oponen los aliados de Lula y Dilma.
Calheiros fue acusado junto al diputado Aníbal Gomes –también del partido de gobierno PMDB– de cobrar sobornos por 800.000 reales (unos 242.000 dólares al cambio actual) a la empresa Serveng a cambio de apoyo político para que esta obtuviera contratos con la petrolera estatal.
Según una nota pública de la Fiscalía, la empresa de infraestructura Serveng pagó los sobornos disfrazándolos de donaciones oficiales al PMDB, cuyo destinatario final era en realidad Calheiros.
A cambio del dinero, Calheiros y Gomes “ofrecieron apoyo político para mantener a Paulo Roberto Costa en el cargo de director de Abastecimiento de Petrobras y este tomó las medidas necesarias para que Serveng participase de licitaciones en la empresa pública”, afirma la Fiscalía.
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Calheiros afirmó en un comunicado que sus cuentas electorales “ya fueron aprobadas” y que se siente “tranquilo” para aclarar “este y otros puntos de la investigación”.
El líder de la Cámara Alta es objeto de otras investigaciones relacionadas con el caso Petrobras y enfrenta un juicio por malversación de fondos públicos en otro caso.
La semana pasada Calheiros protagonizó una escalada de tensión entre los poderes Legislativo y Judicial, cuando un magistrado del Supremo Tribunal ordenó suspenderlo por considerar que un ciudadano procesado no puede estar en la línea de sucesión presidencial –como corresponde al cargo de presidente del Senado–.
Calheiros no cumplió la orden judicial y decidió mantenerse en su puesto hasta que el plenario de la corte se manifestara sobre el asunto.
Finalmente, el Supremo Tribunal Federal (STF) optó por dejarlo en el cargo y apaciguó las tensiones.
La enorme mancha del “Petrolão” , una red de sobornos y desvío de fondos públicos montada bajo el gobierno de Lula da Silva en la estatal Petrobras, ha puesto tras las rejas a prominentes empresarios y no ha dado respiro a la clase política.
Temer busca revertir la grave crisis política
BRASILIA (ANSA). Ante la peor crisis en sus primeros meses de gobierno, el presidente Michel Temer suspendió ayer su agenda pública para mantener reuniones de emergencia con aliados de la coalición gobernante.
El Mandatario dejó sin efecto su participación en un evento en San Pablo para reunirse en la mañana de ayer con los senadores Aécio Neves y Aloysio Nunes Ferreira, ambos del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), agrupación que integra la coalición gobernante.
Según trascendió, Temer y Aécio Neves analizaron la incorporación de más dirigentes del PSDB al gabinete, como forma de robustecer al Gobierno.
Temer también mantuvo reuniones de urgencia con el ministro Eliseu Padilha, del PMDB, también acusado en la delación de Odebrecht.
El propio presidente Temer posee denuncias de corrupción en su contra.
