LA HABANA (AFP). Por primera vez en medio siglo una persona que no se apellida Castro y no formó parte de la camarilla original de Fidel podría quedar al mando de Cuba.
Con el reloj en cuenta regresiva, la posibilidad de un cambio de generación cae en Díaz-Canel, un ingeniero electrónico que no viste uniforme militar, como la élite gobernante principal, y que se declaró en favor de una mayor apertura de internet en la isla.
“Hoy, con el desarrollo de las redes sociales (...) y de la internet, prohibir algo es casi una quimera imposible, no tiene sentido”, había dicho en un discurso.
Políticamente, no sobresale por su carisma u oratoria, rasgos que quizás pesaron justamente para que se determinara su nombramiento como Primer Vicepresidente del Consejo de Estado y Ministros, el más alto estamento de poder del régimen.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Esto, recordando el caso del otrora también vicepresidente Carlos Lage, que fue destituido tras haber ganado cierto renombre internacional.
Lo mismo, que ocurrió con el canciller de ese momento, Felipe Pérez Roque.
Ambos fueron obligados a la consabida “autocrítica” pública, admitiendo sus “errores”, justificando así la represión contra ellos, medio comunista empleado para alinear a sus filas. Negarse a ello significa la cárcel o la muerte.
Durante décadas muchos se han preguntado si la revolución podrá sobrevivir sin su líder máximo, Fidel Castro, que falleció el 25 de noviembre a los 90 años y se retiró del poder en 2006 por enfermedad.
Durante los funerales Raúl Castro dijo que “ante los restos de Fidel (...), juramos defender la patria y el socialismo”.
Nacido en 1960, Díaz-Canel es el rostro más destacado de la generación que no pertenece a la de la revolución.
“Según la lógica institucional, él está en la línea sucesoria”, afirmó Arturo López-Levy, de la Universidad de Texas.
Pero también fue bastante simbólico el protagonismo que tuvo el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, de 58 años, durante los funerales de Castro.
Fue el único funcionario que se vio en la foto de la familia, además de militares y Díaz-Canel, al partir la caravana con los restos de Fidel hacia Santiago desde La Habana.
Otros posibles
También forman parte de la nueva generación Marino Murillo, de 55 años, considerado el mentor de las reformas económicas recientes, y el único hijo varón de Raúl Castro, Alejandro Castro Espín, coronel del Ministerio del Interior.
Quedan al frente algunos de la vieja guardia, como José Ramón Machado Ventura, de 86 años y segundo secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), y Ramiro Valdés, de 84 años, de los primeros castristas.
Todo quedará bajo el ojo de Raúl Castro quien, de todas formas, con casi seguridad, no prevé alejarse del todo ya que quedará probablemente como el máximo dirigente de PCC.