Rusia refuerza influencia en territorio venezolano

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Rusia refuerza su presencia e influencia en Venezuela, a través de su estatal Rosneft, con la explotación de yacimientos de gas. Moscú, que adelantó US$ 6.000 millones al régimen a cambio de petróleo a futuro, es uno de los aliados de Nicolás Maduro.

MOSCÚ (EFE). Venezuela le debe a Rusia unos US$ 10.500 millones.

Al principio, los acuerdos con Rusia eran sobre todo militares, con grandes pedidos de tanques, de fusiles kaláshnikov y de aviones Sujói. Primero acordó préstamos para financiar estas compras militares, y luego se crearon relaciones en el sector del petróleo.

El presidente ruso Vladimir Putin aprobó los planes del consorcio estatal Rosneft de explotar dos nuevos yacimientos de gas en Venezuela, reforzando su influencia y apoyo a la dictadura de Nicolás Maduro.

Así, Rosneft podrá explotar los yacimientos de Patao y Mejillones, situados al norte de la península de Paria y que se enmarcan en el Proyecto Mariscal Sucre.

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Rosneft posee el 100% de dicho proyecto y tiene la opción de exportar todo el gas extraído en los dos yacimientos.

La petrolera rusa ya participa como socio minoritario en varios proyectos conjuntos de producción de petróleo en Venezuela, como Petrovictoria, Petromonagas y Petromiranda, en la Faja Petrolífera del Orinoco, así como Boquerón y Petroperijá, en el estado de Zulia.

Rosneft es una de las corporaciones rusas más activas en territorio venezolano, donde aumentó en un 7% la extracción de petróleo en 2018 pese a las dificultades económicas que atraviesa el país bajo régimen chavista.

En 2017 Rosneft transfirió a Caracas 6.000 millones de dólares en concepto de adelanto a cambio del suministro de petróleo por los próximos dos años.

En marzo pasado, el dictador Maduro decidió trasladar la oficina de la compañía estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) de Lisboa (Portugal) a Moscú para reforzar la asociación estratégica entre ambos países.

Rusia, uno de los principales apoyos de Maduro en el exterior, se opone de manera categórica a todo tipo de injerencia en los asuntos internos de Venezuela, mientras que EE.UU. no descarta una intervención militar.

La audacia con la que Moscú se hizo un hueco en esta crisis causó inquietud en Washington.