Trece presidenciables y dos grandes fortunas en las elecciones de Brasil

Dos de los 13 presidenciables de Brasil son exbanqueros que amasaron fortuna y que podrían emplear, aunque con límites, para financiar sus campañas de las elecciones de octubre. Una nueva ley prohibe aportes empresariales, surgió tras las develaciones de “Lava Jato” y que destapó una trama de sobornos entre políticos y empresarios.

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RÍO DE JANEIRO (AFP). La nueva ley autoriza gastos para cada campaña presidencial hasta unos US$ 18 millones. Pero, en caso de que los fondos oficiales distribuidos por partido no alcancen, los candidatos podrán completar la suma echando mano a su propio bolsillo.

El más rico de los trece es el exbanquero, João Amoedo, del Partido Novo (derecha), con una fortuna de 425 millones de reales (US$ 97,6 millones). Más de la mitad en aplicaciones de renta fija. Los últimos sondeos lo ubican una intención de voto que ronda el 1%. 

El Movimiento Democrático Brasileño (MDB, centro-derecha) escogió como candidato al exministro de Hacienda Henrique Meirelles con la idea de destinar la mayor parte de los recursos oficiales a las campañas legislativas, dejando que el mismo aspirante asuma gran parte de los gastos de su propia campaña. Meirelles, también con apenas el 1% de intención de voto, es el segundo candidato más rico. 

Sus bienes declarados ante el Tribunal Superior Electoral (TSE) suman unos US$ 96 millones.

Lula da Silva, ahorrista de un fondo de pensión. Los bienes del expresidente (2003-2010), favorito en los sondeos pese a purgar una pena de 12 años de cárcel por corrupción, se elevan a 7,98 millones de reales, mayoritariamente (6,3 millones) colocados en un fondo privado de pensiones con seguro de vida.

Da Silva es el candidato del Partido de los Trabajadores (PT), aunque su candidatura podría no avanzar, pues cumple una pena de 12 años y un mes por recibir sobornos, además de enfrentar una de media docena de causas aun pendientes.

Será la Justicia Electoral la que determine si la acepta o no, pues existe una “Ley de Ficha Limpia” que impide la candidatura de condenados por corrupción por un tribunal.

El ultraderechista Jair Bolsonaro, primero en las intenciones de voto sin Lula, declaró bienes por 2,286 millones de reales (US$ 500 mil). Y e exgobernador de Sao Paulo Geraldo Alckmin (PSDB, centroderecha) declaró 1,379 millones de reales, mayoritariamente en bienes raíces; algo menos que los 1,695 millones de reales (igualmente con fuerte participación de propiedades inmobiliarias) del centroizqueirdista Ciro Gomes.

La ecologista Marina Silva (segunda colocada en las elecciones sin Lula) declaró US$ 27.000 y el izquierdista Guilherme Boulos (PSOL) dijo tener como único bien un automóvil de US$ 3.515.

Canales de financiación 

La financiación oficial de las campañas se realizará por tres canales: 

- Un Fondo especial de Financiación de campaña (FEFC), de 1.716 millones de reales (US$ 44.000 millones ), a ser distribuidos en función del tamaño de las bancadas de cada partido en las cámaras del Congreso.

- El Fondo Partidario, constituido con multas, recursos presupuestarios y donaciones, busca asegurar los gastos de funcionamiento de los partidos. Se repartirá en un 95% según la proporción de diputados de cada bancada en las elecciones anteriores y un 5% entre todas las siglas.

- Donaciones individuales: limitadas al 10% de los ingresos brutos del año anterior, con un máximo equivalente al de diez salarios mínimos (US$ 216).

La operación judicial Lava Jato sacó una luz una trama de sobornos pagados por constructoras a políticos para obtener contratos en la empresa estatal Petrobras. Esos pagos ilícitos fueron a parar a las arcas de todos los partidos y políticos de Brasil para la financiación ilegal de campañas electorales.

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