LONDRES (EFE). La jefa del Gobierno presentará esta semana por tercera vez el tratado negociado con Bruselas sobre la retirada británica de la UE y, de ser aprobado, pedirá al bloque europeo una prórroga del brexit hasta el 30 de junio, pero si el texto no supera el trámite parlamentario, se espera que el retraso sea mucho más prolongado.
En un artículo publicado en el dominical The Sunday Telegraph, May señala que una prórroga corta no es “el resultado ideal (pues) podríamos y deberíamos habernos marchado de la UE el 29 de marzo. Pero es algo que el pueblo británico aceptaría si lleva a cumplir con el ‘brexit’”, agregó la gobernante.
La alternativa puede ser “mucho peor”, escribe la política, y advierte de que si hay un retraso prolongado del brexit, el Reino Unido tendría que participar en las elecciones europeas de mayo.
En dos ocasiones –una en enero y otra este marzo– los diputados, entre ellos miembros del partido de gobierno, rechazaron el pacto por abrumadora mayoría.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
May resalta en su artículo la importancia de que los diputados muestren unidad como “demócratas y patriotas” y que de “manera pragmática hagan los compromisos honorables necesarios para superar la división” y mirar hacia el futuro.
Por su parte, el líder laborista (opositor), Jeremy Corbyn, adelantó ayer que no apoyará el acuerdo porque, en su opinión es “un brexit a ciegas que causará un enorme daño a nuestra economía”.
“Soy entusiasta en lo que se refiere a conseguir un pacto con Europa que garantice nuestra futura relación comercial y proteja los empleos y las industrias en este país”, añadió.
El Gobierno de May mantiene contactos con los euroescépticos y sus socios norirlandeses del probritánico Partido Democrático Unionista (DUP) antes de la votación.
El DUP ha indicado que aún quedan asuntos por “discutir” con el Gobierno sobre el acuerdo.
Estos diputados no han quedado satisfechos con el asesoramiento legal del abogado del Gobierno, Geoffrey Cox, sobre la polémica salvaguarda irlandesa –que busca que continúen las ventajas actuales en la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda–, pues consideran que esa excepción puede terminar atando al Reino Unido y a la UE permanentemente.