Voto indirecto, y ¿por qué martes?

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WASHINGTON (EFE). Nadie hace una fiesta un martes; sin embargo Estados Unidos celebra sus elecciones un martes laborable de noviembre por una ley dictada cuando era un país agrícola, se desplazaba en carruaje o a caballo y solo votaban los hombres blancos: en 1845.

Se estableció el primer martes después del primer lunes de noviembre.

En esa fecha había terminado la cosecha, todavía el clima permitía buenas condiciones en las vías y se evitaba que coincidiera con el cierre de cuentas de los comerciantes o la festividad de Todos los Santos para los católicos si las elecciones caían en el primer día del mes.

En ese Estados Unidos rural, la mayoría de los ciudadanos tenían que hacer un viaje largo para ir a votar a la sede del condado en los lentos transportes de la época: en un carruaje o a caballo.

Eso hacía imposible elegir el lunes como día electoral, ya que muchos tendrían que comenzar su trayecto en domingo, algo impensable al ser un día de iglesia y oración para los cristianos.

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Votar durante el fin de semana estaba así fuera de consideración por motivos religiosos: el sábado podrían votar los cristianos pero no los judíos, que celebran su día sagrado (“sabbat”).

“Esos eran días de fe y estaban reservados a la práctica religiosa. El miércoles era el día del mercado en la mayoría de los condados, de manera que se consideró el martes el día más práctico para la sociedad de entonces”, explica el historiador Daniel S. Holt.

El Colegio Electoral

En EE.UU. no se elige directamente al presidente de la Nación, sino a un Colegio Electoral de 538 delegados, número establecido por la cantidad de senadores y representantes (diputados) que tienen los estados, más 3 delegados por el Distrito de Columbia (la capital federal).

Se estableció este sistema para proteger a los estados pequeños ante el poder de los grandes.

Para ser elegido presidente, se necesitan 270 delegados.

En general, el ganador del voto electoral suele coincidir con el vencedor del voto popular, aunque cuatro presidentes han sido elegidos tras recibir menos votos populares.

El lunes que sigue al segundo miércoles de diciembre (este año sería el día 19 de ese mes), los delegados se reúnen en los parlamentos estatales para emitir oficialmente su voto, cuyo resultado es enviado al Congreso federal.

En caso de empate o de que ningún candidato obtenga la mayoría de votos electorales, la decisión de elegir al presidente pasa a la Cámara de Representantes, donde cada delegación estatal dispone de un voto. Al presidente lo elige el Senado.

Solo dos presidentes han sido elegidos por la Cámara Baja.

El Colegio Electoral nunca celebra una reunión como cuerpo.

Se puede dar la circunstancia de que surjan electores desleales, es decir, que no votan por el candidato de su partido. No obstante, hasta la fecha, ningún delegado “infiel” ha cambiado el resultado de unas elecciones.