“Yo fui al futuro y volví, vi que todo saldrá bien”

“Yo ya fui al futuro y volví. Y vi que todo sale bien, y vi que la unión cívico-militar le garantiza la paz y la seguridad al país” aseguró el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro. Esta no es la primera “revelación” del gobernante socialista. En 2013 dijo que Hugo Chávez se le presentó en forma de “pajarito chiquitico” y que le “apareció en las montañas de Caracas”.

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CARACAS (AFP, EFE). La revelación casi delirante del gobernante venezolano la hizo ante las Fuerzas Armadas, en el marco de los preparativos para un ejercicio militar denominado “Soberanía 2019”.

En abril de 2013, había declarado que el expresidente Hugo Chávez (fallecido en marzo de ese año) se reencarnó en un pajarito. “Miren, qué bonito se ve... Chávez y la montaña quieren decir lo mismo. Chávez hecho montaña (...) Chávez volando como un pajarito, como se me apareció a mí, hecho pajarito cantando” había confiado Maduro.

Ese mismo año, pero en junio, dijo que Chávez solía “aparecerse” en las montañas que dominan el paisaje de Caracas. “Cada vez que veo la montaña, veo a Chávez aparecerse en la montaña, Chávez nuestro de todos los días”, dijo Maduro.

Esa “revelación” repitió en noviembre, pero ya en un escenario distinto: el túnel del Metro de Caracas.

En su alocución, el gobernante socialista aseguró a los militares, que “no podrá puñado de inmaduros improvisados dañar la vida republicana de Venezuela”.

Maduro no cesa de agradecerles “tanta lealtad y disciplina”, que sigue premiando con vasto poder en el gobierno y la economía.

La cuota militar en el Ejecutivo fue de 25% en tiempos del fallecido caudillo Hugo Chávez, y hoy se mantiene en un 26,4%, según la ONG Control Ciudadano.

De 32 ministros, 9 son militares, y dirigen entes claves: Defensa, Interior, Agricultura y Alimentación, la petrolera PDVSA –que aporta 96% de los ingresos del país–, además de dirigir el servicio de inteligencia.

El Parlamento, controlado por la oposición, lo declaró “usurpador”.

Bloqueo de cuentas

En su ofensiva por sacar al dictador del poder, el Legislativo aboga por quebrar el decisivo apoyo militar, reactivar las protestas y estrechar el cerco diplomático y económico internacional contra el gobierno.

Liderados por Juan Guaidó, jefe del Congreso, los adversarios del régimen socialista tratan de golpearlo en varios frentes, aprovechando la creciente presión de EE.UU., la Unión Europea y gran parte de América Latina, que no reconocen el segundo “mandato” que inició Maduro el 10 de enero.

El Parlamento prometió “amnistía” a militares que no lo reconozcan y pidió a la comunidad internacional congelar activos y cuentas de Venezuela.

Sus decisiones son consideradas nulas, sin embargo, por el Poder Judicial, servil al chavismo, que lo declaró en desacato en 2016.

Como parte de su hoja de ruta, Guaidó llamó a manifestaciones el 23 de enero en respaldo a un “gobierno de transición” , ante lo que el chavismo convocó una contramarcha.

Será el primer gran pulso en la calle tras las violentas protestas que dejaron unos 125 muertos en 2017.

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