Vibrante noche de boxeo se vivió en el penal Esperanza

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El pugilista paraguayo  recibe el cinturón que lo consagra como el nuevo campeón sudamericano en la categoría Welter Junior.
El pugilista paraguayo recibe el cinturón que lo consagra como el nuevo campeón sudamericano en la categoría Welter Junior.

Una velada especial de boxeo hubo anoche en la Unidad Penitenciaria Esperanza, donde por primera vez se disputó un título internacional. Varios convictos participaron del evento como parte del programa de reinserción, que culminó con la consagración de Richard “La Pantera” Moray como campeón sudamericano.

La actividad se inició a las 18:30 en el tinglado de la denominada “cárcel modelo”, donde varios presos que entrenan como pugilistas como parte de un programa de rehabilitación social animaron la velada ante unos trescientos espectadores.

La jornada boxística fue organizada por el Ministerio de Justicia, la Asociación Nacional de Boxeo (ANB), la Federación Paraguaya de Boxeo y la Secretaría Nacional de Deportes.

El evento fue presidido por el ministro de Justicia, Julio Javier Ríos, y contó además con la asistencia de sus colegas de Interior, Juan Ernesto Villamayor, y de Educación y Ciencias, Eduardo Petta San Martín, así como con el viceministro de Seguridad Interior, Hugo Sosa Pasmor.

La velada contó con tres peleas previas al “plato fuerte” de la noche, el cual fue la lucha por el Campeonato Sudamericano en la categoría Welter Junior, entre el brasileño Carlos De Jesús “Caolho” Santos y el boxeador compatriota que cumple una condena en la prisión, Richard “La Pantera” Moray (31), desde las 20:30 horas.

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Moray es hijo del expugilista Nicasio “Pantera” Moray y actualmente se encuentra purgando una sentencia de siete años de encierro por robo agravado, cometido según explicó luego de caer en el vicio de las drogas.

Como parte de su programa de rehabilitación social, Moray entrenó duramente en la Penitenciaría de Tacumbú, bajo la dirección del expugilista Favio “Potrillo” Romero y también de su propio padre.

Anoche Moray subió al cuadrilátero en medio del fervor del público y solo necesitó el primer asalto para dejar fuera de combate a su rival, quien cayó tres veces a la lona.

Tras recibir el cinturón que lo consagraba como campeón, Moray no paró de agradecer a Dios por esta nueva oportunidad que le brinda la vida.