PEDRO JUAN CABALLERO (Cándido Figueredo Ruiz, corresponsal). El último asesinato hasta el momento en esta parte del país fue reportado ayer cuando apareció el cuerpo de un exconvicto acribillado a tiros. El hallazgo del cadáver se produjo en horas de la mañana en el barrio General Genes, al costado del cementerio de la zona.
La víctima fue identificada como Edison David Gauto Pereira, alias Coquito, paraguayo, de 24 años, con varios antecedentes penales en su haber y quien residía en la fracción Santa Teresa del barrio Obrero de Pedro Juan Caballero.
El médico forense Gustavo Galeano, quien inspeccionó el cadáver, constató que Edison fue ultimado con dos balazos en la cabeza y que tuvo otros dos disparos en el tórax y en el brazo izquierdo.
Además, tenía una gran herida cortante en la espalda, producida aparentemente con una especie de machete, según los datos obtenidos de parte de la policía.
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Escalofriantes estadísticas
Un recuento actualizado elaborado por esta corresponsalía indica que en lo que va del año, y solamente hasta julio, ya se reportaron al menos 72 asesinatos en el departamento de Amambay y también en la frontera seca con el Brasil, en casos que involucran generalmente a compatriotas o sucesos que se iniciaron en el lado paraguayo. En ese mismo sentido, en este mes de agosto ya suman por lo menos ocho los crímenes ocurridos en la frontera.
Desde la instalación de la redacción regional, que funciona en Pedro Juan Caballero desde 1995, el diario ABC Color ya publicó más de 1.500 casos de homicidios, lo que da un escalofriante promedio de casi 70 muertes por año o cinco crímenes por mes, es decir, más de un caso por semana.
Estas estadísticas fueron elaboradas teniendo en cuenta hasta los casos de hallazgos de cadáveres por presunción de homicidio, como el de ayer en Pedro Juan Caballero, ya que usualmente la policía local hace figurar en su recuento solamente los asesinatos perpetrados por sicarios u otro tipo de ataques.
Los indígenas también tienen un elevado promedio de muertes en sus comunidades, aunque estos números muchas veces son ignorados por la policía.
La mayoría de los homicidios ocurridos en esta frontera son cometidos por matones, es decir, asesinos pagados.
Los crímenes por encargo lideran las cifras ligadas a las muertes en la frontera.
