Los ocho secuestros atribuidos hasta ahora al grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) son el de María Edith Bordón de Debernardi, desde el 16 de noviembre de 2001 hasta el 19 de enero de 2002; Cecilia Mariana Cubas Gusinky, del 21 de setiembre de 2004 al 16 de febrero de 2005, cuando fue hallada muerta; Luis Alberto Lindstron Picco, desde el 31 de julio de 2008 hasta el 12 de setiembre de 2008, aunque después fue asesinado por el grupo armado el 31 de mayo de 2013, y Fidel Santiago Zavala Serrati, del 15 de octubre de 2009 al 17 de enero de 2010.
La lista sigue con Arlan Fick Bremm, del 2 de abril de 2014 al 25 de diciembre de 2014; Edelio Morínigo Florenciano, desde el 5 de julio de 2014 hasta hoy día; Robert Natto y Érika Reiser, desde las 13:30 hasta las 23:30 del 28 de enero de 2015, cuando fueron asesinados, y Abrahán Fehr Banman, desde el 8 de agosto de 2015 hasta la actualidad.
En la mayoría de los casos, los miembros del EPP prefirieron aprovechar la época de fin de año para secuestrar a sus objetivos, seguramente como para presionar aún más a sus familiares y, a la vez, al Gobierno de turno.
Solo que el año pasado se dio un caso inédito, con dos secuestrados al mismo tiempo, que eran Arlan, residente Paso Tuyá y el suboficial Morínigo de Arroyito.
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Precisamente, hoy se cumple un año de la liberación de Arlan, pero otra vez esta Navidad nos encuentra con dos secuestrados, ya que a Edelio se le sumó el menonita de Tacuatí.
Lamentablemente, a causa de la pasividad de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), el policía ya acumula un año, cinco meses y 20 días en cautiverio, mientras que el colono de origen alemán lleva cuatro meses y 17 días retenido.
Alarma en una estancia
Por otro lado, ayer provocó alerta una denuncia sobre un supuesto ataque del EPP en una estancia en el límite entre Concepción y San Pedro, que según algunos datos surgidos fue tomada por asalto y sus trabajadores mantenidos de rehenes. Sin embargo, policías del departamento Antisecuestro y de la Jefatura de Policía de Concepción rápidamente descartaron un golpe de la banda armada y aseguraron que se trató de un asalto al administrador de la finca, perpetrado por “delincuentes comunes”.
