El golpe se inició a las 00:15, cuando el maleante sorprendió a uno de los dos cajeros que estaban trabajando en ese momento, cuando este salía del baño. El maleante alzó al funcionario a la planta alta, donde funciona la oficina administrativa, y tomó de rehenes a otras cuatro personas que estaban haciendo el recuento de la recaudación, luego del cambio de guardia que se produjo a la medianoche.
El criminal, quien tenía una bufanda y cubrió su rostro con un abrigo, dejó encerrados a los cinco funcionarios y luego escapó a pie, hacia el sector posterior de la caseta, que da hacia un bosque.
Uno de los policías que resguarda el recinto estaba descansando en una habitación contigua a la oficina administrativa. Otro agente estaba sentado dentro de una patrullera, a un costado de la ruta, pero tampoco se dio cuenta de lo que pasaba.
Los rehenes fueron liberados recién cuando este agente fue a revisar la oficina, ya que empezaron a amontonarse los automovilistas que debían pasar por la caseta del cajero que estaba encerrado.
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En 2016, un policía había resultado herido al tratar de impedir un asalto en la misma estación.