Los primeros datos que llegaron desde la zona del hecho dan cuenta de que a las 17:00 aproximadamente el vehículo al servicio de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), ingresó para realizar una verificación en el establecimiento conocido como “Estancia 68”, propiedad del señor Ramiro Maluff, situada en el distrito de Santa Rosa del Aguaray.
Ya en horas de la noche, cuando salían de la estancia, fueron atacados a balazos por parte desconocidos.
Los agentes que iban dentro del móvil policial realizaron una maniobra evasiva y pudieron escapar del fuego que recibieron.
Pero la patrullera acusó un impacto de bala en el neumático delantero lado izquierdo y otro en la parte de la carrocería parte trasera. Sin embargo, los agentes no resultaron heridos, según se reportó al cierre de nuestra edición.
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Tras el hecho se movilizó a un grupo de uniformados que fueron hasta la estancia donde ocurrió el tiroteo y comenzaron a hacer un rastrillaje nocturno en busca de los tiradores.
Esa zona es de influencia del grupo criminal EPP, por lo que no se descarta que pueda tratarse de una emboscada por parte de miembros de la gavilla.
Se sabe que estos delincuentes se mueven en horas de la noche, para cometer sus ataques contra las fuerzas de seguridad.
Además en las últimas semanas se estuvieron moviendo por las estancias de la zona dejando panfletos y no se descarta que ellos estén tras este ataque al móvil policial.
Todavía no se pudo confirmar si fue el EPP el que atacó a la patrullera, pero el modus operandi hace suponer que sí fueron ellos.
Ya habían dejado panfletos
En la zona donde ocurrió el ataque a la patrullera el EPP el pasado 25 de mayo ya había dejado un primer panfleto en la estancia Zastron, ubicada en Santa Rosa del Aguaray, donde habían amenazado a los colonos a no deforestar el lugar y también hubo amenazas contra las fuerzas policiales.
Al día siguiente de esta primera carta apareció la segunda en la colonia Río Verde, también jurisdicción del departamento de San Pedro. En esta misiva se ordena a los colonos menonitas que dejen de deforestar los bosques y contaminar los arroyos de la zona, bajo la advertencia de sufrir “la pena máxima”. Se les exigía además que dejan la zona. Ambos casos fueron investigados por el Ministerio Público. Ahora tras los dos manuscritos dejados por el EPP, se da el ataque a la patrullera.